Esta comarca cántabra rodeada de naturaleza hostil por los cuatro costados se presenta ante nosotros como un paraíso liberador después de superar el laberíntico Desfiladero de Hermida, su entrada natural por el norte. El Valle de Liébana está aprisionado a su vez por una pared caliza que representan los macizos central y oriental de los Picos de Europa y limitando al sur por los puertos de Priedraluengas y San Glorio. Una comarca privilegiada en belleza que representa una relajación del espíritu y un lugar maravilloso donde descansar y dejarse llevar por el instinto de la naturaleza.

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Nuestro viaje comenzará por el desfiladero de La Hermida, acceso natural del valle y la manera más lógica de acceder a este inmenso manto verde escondido entre montañas.

Desfiladero de la Hermida

Nosotros accedemos a él a través de la localidad marinera de San Vicente la Barquera, lugar digno de visitar en cualquier otro momento. Desde Unquera nos dirigimos a Panes donde comienza el Desfiladero a unos 15 kilómetros más o menos de la costa. En ese momento hay que coger la N-621 y lanzarse por un estrecho e intrincado pasillo lleno de curvas y contracurvas donde parece que nunca salga el sol – si va con niños pequeños y se marean, lleve

algo contra el mareo- hasta llegar a Potes.

Este desfiladero discurre en paralelo al río Deva, situado a 600 metros de altitud, en el término municipal de Peñarrubia y posee una importante colonia de buitres leonados, una de las mayores de toda Cantabria. En otro tiempo se conoció a esta localidad con el nombre de “Aguas Caldas”, pues tuvo un Balneario – restaurado recientemente- al que acudían los enfermos en busca de los efectos curativos de sus fuentes termales que alcanzaban los 62º de temperatura.

Al terminar de recorrer el Desfiladero nos encontraremos de sopetón con el valle de Liébana.

Valle de Liébana

El valle de Liébana es cuenco natural a los pies de los Picos de Europa con parte de su territorio en la Reserva Nacional del Saja y en el Parque Nacional de los Picos de Europa. Esta dividido a su vez en cuatro valles – Cereceda, Valdebaró, Cillórigo y Valdelprado- que conforman pequeños pueblos que salpican todo el valle.

Liébana se caracteriza por tener una variedad climática sorprendente, donde se alterna un microclima debido a la protección que le dan las montañas y la rigurosidad del invierno, no en vano nos encontramos en los Picos de Europa.

Es una reserva natural donde sobreviven aún especies arbóreas autóctonas: encinas, alcornoques, robles y hayas y especies protegidas como el oso, el corzo o el urogallo.

Antes de llegar a Potes nos encontramos con dos lugares de interés Lebeña y Santa María de Piasca.

Lebeña

Aldea montañesa que también presume de sus quesos, pero de lo que realmente presume es de su hermoso templo de Santa María de Lebeña, la mejor muestra de arte mozárabe de Cantabria a la sombra de un espectacular tejo. En su interior resalta un retablo barroco con una talla policromada de la Virgen de la Buena Leche, reproducción de una igual del siglo XV robada en el año 1994.

Santa María de Piasca

Justo antes de llegar a Potes nos desviamos a la izquierda dirección Puerto de Piedrasluengas, y a unos seis kilómetros saliendo de Cabezón de Liébana nos encontramos una pequeña carretera que asciende a Santa María de Piasca, templo románico del siglo XII que a pesar de sus numerosas reconstrucciones conserva el encanto que le vio nacer.

Potes

Aquí se unen los cuatro valles que forman Liébana. Centro de la cultura lebaniega, donde se juntan todos los montañeses para cualquier acontecimiento, bien sea festivo, como las ferias del ganado o la fiesta del orujo como para avituallarse de todo lo necesario para vivir en estas aldeas tan desperdigadas.

En 1983 Potes fue declarada conjunto histórico-artístico. Sus calles enmarcadas por la confluencia de los ríos Deva y Quiviesa huelen a Historia. Destaca sobre todo el Barrio de la Solana y, por supuesto, la emblemática Torre del Infantado, sede del Ayuntamiento y antigua casa del Marqués de Santillana, así como la Iglesia de San Vicente del siglo XIV sede de la Oficina de Turismo. Aunque el viajero no puede renunciar a visitar el puente y las ermita medievales de San Cayetano, la bella Torre del Orejón de la Lama y un sin número de ermitas y acogedoras casonas solariegas: casa de García de Enterría, la casona de Faustino Sánchez Cicero y la casona de la Canal.

Santo Toribio de Liébana

Nuestra visita termina camino de Fuente Dé a los pies de Los Picos de Europa. En las laderas del monte Viorna se encuentra el Monasterio de Santo Toribio, lugar de peregrinación espiritual, donde dicen que conservan la reliquia de un trozo de la Cruz de Jesús.

El monasterio esta formado por un conjunto de edificios rehabilitados después de la guerra civil. Los más antiguos son el claustro, construido en 1669, y la iglesia, del siglo XIII de estilo gótico. La capilla donde se encuentra “Lignum Crucis” construida en el siglo XVIII.

Gastronomía natural

Liébana cuenta con una rica gastronomía, que se beneficia en parte del microclima existente en la zona.

La pesca es abundante, debido a los numerosos salmones y truchas que pueblan el río Deva. Cuenta también con una importante tradición en la elaboración de quesos y embutidos de carne de jabalí y venado.

En la parte más alta del Desfiladero esta situado el pueblo de Treviso, de difícil acceso – se llega a él desde la central eléctrica-, famoso por su queso el “Picón” muy parecido al queso de Cabrales curado en cuevas. También son famosos en esta zona “el Picón de Bejes” y los “Quesucos de Liébana.

Y no nos olvidemos de su famoso cocido lebaniego, a base de garbanzo.

Liébana produce además miel, muy buena fruta y frutos secos, y el famoso licor de orujo. Por cierto, a Fiesta del orujo se celebra el segundo fin de semana de noviembre.

Datos de interés:
Autobuses Palomera C/. José Mª de Pereda, 15 39300 Torrelavega
Tel: 942880611
Ayuntamiento San Roque 7 – 39570 Potes
Teléfono de contacto: 942 730 006
www.cantabriamunicipios.es
www.centrodeestudioslebaniegos.com