La única ciudad polaca donde guardan obras de Hitler

Enrique Sancho
Aunque no sea su principal monumento, una de las primeras cosas que te dicen, en voz baja eso sí, al llegar a Poznan es que vas a tener la oportunidad de contemplar, casi exclusiva porque no se enseña al público, el despacho de Hitler, la entrada de gala a los grandes salones y el balcón desde el que podría saludar a las multitudes. Casi en seguida te cuentan que, en realidad, Hitler nunca puso los pies en Poznan, porque algunos pequeños detalles de la Guerra que montó se lo impidieron, pero todo estaba listo para que pasase allí una larga temporada. De hecho, su arquitecto de cabecera, Albert Speer, reconstruyó el antiguo Castillo Imperial, en el que sí estuvo en varias ocasiones el Káiser Guillermo II, durante la larga dominación alemana de esta región, siguiendo el modelo del cuartel general del führer en Berlín.

Hoy el Castillo, que sigue llamándose Imperial, y que fue el último edificio imperial construido en Europa, acoge el gran centro cultural Zamek y en él se celebran espectáculos, conciertos, encuentros y debates, con gran protagonismo de los niños. También, otra vez se cuenta en voz baja, se cede con cierta frecuencia como escenario para películas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial con el Adolf de turno como protagonista.

Pero aunque la visita puede tener cierto morbo para la gente y cierto interés ya que el castillo conserva piezas destacadas como el trono imperial de mármol, bellas decoraciones en algunas salas y espléndidos jardines (el visitante curioso descubrirá en el Patio de Rose una fuente de los leones copiada de la famosa fuente homónima en la Alhambra de Granada), tampoco hay que dedicarle mucho tiempo. En su día, se proyectó como punto focal del barrio del castillo, que reemplazó a las antiguas fortificaciones poligonales. Diversos edificios señoriales forman parte del barrio: la neo-renacentista Real Academia (en la actualidad Menos Collegium, parte de la Universidad) y el neoclásico Teatro Municipal (hoy Teatro Wielki). La vista de algunos de estos edificios de diversos estilos arquitectónicos es un anticipo de lo que espera al visitante que se dispone a descubrir Poznan.

Un tesoro oculto

A mitad de camino entre Varsovia y Berlín y pese a ser un importante nudo de comunicaciones, Poznan no ha estado situada en el mapa para la mayor parte de los españoles. Hasta hace poco. Porque desde este año, esta antigua capital del Estado polaco, está comunicada con Alicante, Barcelona, Gerona y Madrid gracias a los vuelos directos y baratos de Ryanair (www.ryanair.com). Tal vez los únicos que llegaban antes a este ciudad eran los comerciantes e industriales que acudían a alguna de las decenas de ferias que tienen lugar en su recinto ferial que data de 1911 y que ha convertido a Poznan en el principal centro de negocios de Polonia y el segundo más importante de toda Europa Central y del Este con cerca de 500.000 visitantes al año.

Históricamente, habría que comenzar la visita por la parte más antigua de la ciudad, en la isla de Ostrow Tumski, donde se encuentra la catedral y donde en otros tiempos se hallaba también el castillo del príncipe Mieszko I y de su hijo Boleslao Chrobry (el Bravo), primer rey de Polonia y el que instituyó en Poznan junto con Gniezno, la primera capital de Polonia, que fue coronado en 1025. Sus sepulcros están en la Capilla de Oro de la catedral. La primera iglesia de la isla fue construida en el año 968, dos años después del simbólico bautismo de Polonia, mediante el cual Mieszko I introdujo a Polonia en el ámbito del cristianismo occidental.

Cerca de la Catedral se alza el templo más antiguo de Poznan, la Iglesia de Santa María, que quedó intacta a pesar de los bombardeos. Aunque se construyó a mediados del s. XV, su historia empieza en el año 965, es decir, un año antes de la conversión oficial de Polonia al cristianismo. Gracias a esmerados trabajos arqueológicos, se constató que debajo del presbiterio de la iglesia reposaban los fundamentos de la capilla real que formaba parte del castillo de los primeros monarcas polacos.

Los pasos del viajero se encaminan con cierta rapidez, como en todas las ciudades polacas y casi todas de la Europa Central a la Plaza del Mercado (Stare Rynek), un abigarrado conjunto de edificios y casas burguesas de estilo barroco, gótico y renacentista decoradas de diferentes colores y ornamentos en sus fachadas, perfectamente armónico, aunque restaurando tras los destrozos de la Segunda Guerra Mundial. Buena parte del espacio que queda libre está ocupado por animadas terrazas durante casi todo el año, ya que están cubiertas y con elementos de calefacción. En el centro está el Ayuntamiento (Ratusz), reconstruido en el siglo XVI en estilo renacentista convertido actualmente en Museo Histórico de la Ciudad, que atesora en su interior colecciones de antiguos documentos y objetos de uso cotidiano, así como recuerdos preciosos del pasado, y en el que destaca su espectacular torre que se eleva desde la parte central del edificio. La fachada está formada por tres pisos de arcadas y en lo alto está rematado por tres torres en donde están las campanas.

Los dos cabritos

Poco antes del mediodía la plaza se llena aún más de turistas y curiosos que miran insistentemente hacia la pequeña torrecilla del reloj. A las 12 en punto aparecen dos cabritos de hojalata, que se golpean doce veces con sus cuernos para anunciar el mediodía. Se trata de uno de los puntos ineludibles de toda visita a Poznan. Una leyenda explica la particularidad del reloj del Ayuntamiento: Según una de sus múltiples versiones, cuando el maestro Bart?omiej terminó el primer reloj para la torrecilla, el alcalde decidió celebrar una gran fiesta para presentar el artilugio con gran pompa. Sin embargo, un torpe ayudante de cocina quemó la carne preparada para la fiesta. Intentando salvar la cena, quiso reemplazar la carne quemada por un plato que había pensado elaborar con dos cabritos. No obstante, los cabritos se escaparon de la cocina y empezaron a cornearse en el techo del Ayuntamiento. Al alcalde le hizo tanta gracia el espectáculo que perdonó al desdichado ayudante, y pidió al maestro Bart?omiej que colocara en el reloj las figuras de dos cabritos. Hoy los dos cabritos son el símbolo de la ciudad, los jóvenes se disfrazan como cabritos en cualquier ocasión y se ha hecho de ellos multitud de variaciones.

En los cuatro rincones de la Plaza se observan cuatro fuentes. La más antigua es la de Prosérpina, cuyo diseño data del s. XVIII. Las tres restantes (de Apolo, Marte y Neptuno) son construcciones recientes inspiradas en las fuentes del siglo XVI, que suministraban agua potable a los habitantes. La plaza es también el punto de partida de los inevitables paseos en coches de caballos, alguno de ellos conducidos por estilosas amazonas.

A un paso de la Plaza del Mercado está la pequeña calle Go?e?bia que termina frente al edificio barroco de la Iglesia parroquial San Estanislao, cuya fachada no trasluce la sorpresa estética oculta en su interior, donde abundan los efectos grandiosos de trompe-l’oeil, como en la cúpula, y mármoles falsos, aunque también tiene magníficos retablos y un impresionante y monumental órgano. La ciudad es famosa por la música de sus órganos y los coros infantiles, el más famoso de los cuales es el denominado “Los Ruiseñores Polacos”.

Al otro lado de la plaza se encuentra una nueva escultura en bronce representando a los dos cabritos símbolo de la ciudad. Están muy gastados porque, naturalmente, se dice que trate buena suerte pasara la mano por sus cabezas. Y junto a ellos un extraño poste que indica la distancia en kilómetros a importantes ciudades de todo el mundo, entre ellas… Pozuelo de Alarcón. La explicación es que Poznan está hermanada con todas ellas. No hay constancia de que las autoridades de esta preciosa ciudad polaca hayan visitado la localidad madrileña…

Museos, tiendas, ocio…

Hay mucho para seguir descubriendo en Poznan. Si se dispone de tiempo vale la pena conocer alguno de las dos decenas de museos de la ciudad. Coches antiguos, libros, momias egipcias, útiles de farmacia, armas, instrumentos musicales… y por supuesto, pinturas y esculturas. El Museo Nacional de Arte y Escultura, con una vanguardista y reciente entrada y ampliación cuenta con esculturas, colecciones de pinturas de Europa Occidental, incluyendo pintura italiana de los siglos XV a XVII, holandesa del XVII, flamenca del XVI y XVII y la única colección en Polonia de pintura española, con obras de Francisco de Zurbarán, Diego Velázquez y José de Ribera. La colección de Poznan también comprende valiosas obras de los maestros franceses. Aquí se encuentra el célebre cuadro de Claude Monet titulado «La playa de Pourville», que fue robado hace once años y recuperado el año pasado por la policía polaca, tras estar oculto una década en un armario de la casa de sus padres del ladrón, quienes desconocían que entre su ropa guardaban una obra de arte valorada en siete millones de dólares.

Por bastante menos de esa cantidad hay mucho que comprar en Poznan. Por supuesto hay cientos de puestos callejeros, viejas tiendas, almacenes y rastros en los que curiosear. Pero también hay alguno de los mejores y más modernos centros comerciales donde se pueden encontrar todas las grandes marcas internacionales, junto a bien abastecidos supermercados, restaurantes, bares y galerías de arte y diseño.

Es imprescindible la visita al gigantesco centro comercial situado en la Antigua Fábrica de Cerveza (Stary Browar) abierto en 2003 y que fue construido, aprovechando algunos de sus elementos y utilizando los ladrillos originales en el lugar de la Huggera Browar (fábrica de cerveza Hugger). Además de decenas de tiendas de todo tipo hay una galería de arte que ocupa varios pisos y espacios para exposiciones y eventos culturales.

Entre los numerosos espacios naturales disponibles para deportes, destaca el lago de Malta que tiene un estupendo recorrido para regatas, en el que entrenan equipos profesionales de toda Europa. En sus orillas se extienden amplias zonas de recreo: uno puede correr allí en bicicleta, ir sobre patines o esquiar sobre una pendiente artificial llamada Malta Ski, abierta durante todo el año. Y a propósito de deportes, su novísimo estadio de fútbol Euro 2012 será sede de algunos de los encuentros de la Eurocopa 2012, para la que España está clasificada. Cerca del lago Malta se presentan todos los años los más importantes espectáculos del Festival Internacional de Teatro “Malta”, uno de los muchos eventos culturales que arropa esta sorprendente ciudad.

Cómo ir:

Según el buscador de vuelos Skyscanner (www.skyscanner.es) las mejores conexiones de España a Poznan las ofrece la compañía Ryanair (www.ryanair.com) que ofrece vuelos directos desde Alicante, Barcelona, Gerona y Madrid a partir de unos 50 euros ida y vuelta.

Dónde dormir:

Una buena opción (hay que hacer patria) es el el NH Poznan (S´w. Marcina 67, tel.: +48 616248800, nhpoznan@nh-hotels.com, www.nh- hotels.es . Está muy céntrico y próximo a las atracciones turísticas de la ciudad y junto al recinto ferial. Habitación doble desde 79 euros.

Más información:

Oficina de Turismo de Polonia

C/ Princesa 3, duplicado, local 1310, 28008 Madrid

Tel.: 91 541 48 080

info.es@polonia.travel

www.polonia.travel/es