El Parador “Antonio Pereira” creará más riqueza, más empleo, y traerá más turistas a la Comarca del Bierzo y a la provincia de León

Redacción

El ministro de Industria, Turismo y Comercio, Miguel Sebastián, inauguró el nuevo Parador ‘Antonio Pereira’ de Villafranca del Bierzo en un acto en el que también participaron el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera; la alcaldesa de la localidad, Concepción López Blanco; y el presidente de Paradores de Turismo, Miguel Martínez.

El acto contó con la actuación de Amancio Prada y Juan Carlos Mestre que interpretaron temas basados en la obra del poeta berciano Antonio Pereira El Parador se ha trasformado en un edificio moderno, accesible para las personas dependientes y medioambientalmente sostenible. Cuenta con 51 habitaciones dobles, un salón panelable con capacidad para 250 personas y dos piscinas, una climatizada y otra de temporada.

El renovado Parador de Villafranca del Bierzo, tal y como ocurre con los otros 92 establecimientos que la Red hotelera tiene repartidos por toda España, será una fuente de generación de riqueza y empleo para toda su comarca.

La reforma que se ha realizado ha dotado al edificio de una mayor capacidad de negocio ya que cuenta con más habitaciones, salones para convenciones y una nueva zona de relax. Por ello la plantilla se ha incrementado hasta alcanzar los 36 puestos de trabajo, todos ellos fijos y de personas que proceden y residen en la zona.

A estos empleos hay que sumar los trabajadores eventuales que se contratan para reforzar el servicio del establecimiento durante fines de semana o distintos eventos y celebraciones. No hay que olvidar que allí donde hay un parador, también se genera riqueza y empleo indirecto. Debido a la fuerza y el prestigio de la marca, un Parador atrae a un importante número de turistas que visitan los focos más atractivos de la zona, comen en sus restaurantes y compran recuerdos en sus tiendas.

No es menos importante el negocio que genera entre las empresas de servicios y suministros, ya que el nuevo parador de Villafranca del Bierzo compra la mayoría de sus productos a proveedores de la propia comarca. Una norma general que cumplen todos los establecimientos de la Red.

Una gran reforma

El parador de Villafranca del Bierzo es un establecimiento hotelero de cuatro estrellas que se ubica en la entrada de la ciudad, a unos 350 metros de la carretera N-VI en un privilegiado marco natural con vistas sobre el noreste de la comarca del Bierzo, el sur de los Ancares y el puerto de Piedrahita del Cebreiro. La reforma integral a la que se ha sometido, con una inversión de 6,9 millones de euros, ha dado como resultado un edificio más moderno, accesible, verde y medioambientalmente sostenible. Sin embargo, conserva su aire de Parador histórico gracias al mantenimiento de características esenciales de la arquitectura de la zona como el revestimiento exterior de piedra y pizarra.

Los encargados de llevar a cabo el proyecto han sido los arquitectos José Ignacio y Eduardo Paradinas, que han convertido el edificio en una auténtica referencia hotelera.

Actualmente el Parador ‘Antonio Pereira’ cuenta con 51 habitaciones dobles, doce más que antes de la reforma. Se trata de estancias más amplias, modernas y confortables entre las que destaca una con salón independiente y tres junior suites.

El parador ha ampliado también su capacidad para eventos y celebraciones con un nuevo salón multifuncional panelable de 280 metros cuadrados y aforo para 250 personas. Un espacio que completa a la perfección otras estancias también modernizadas como la cafetería, el restaurante, un salón chimenea y dos salas para reuniones.

Otra de las novedades destacables es la construcción de dos piscinas: una exterior para el verano y otra interior climatizada que permite su disfrute durante todo el año. Junto a ella se ha habilitado una zona de relax que cuenta con sauna, fuente de hielo y duchas térmicas.

El nuevo Parador de Villafranca gana también en espacio de recreo, ya que ahora cuenta con una amplia terraza con vistas a las montañas. El aparcamiento también ha sido ampliado hasta alcanzar una capacidad de 42 plazas para vehículos.

Edificio verde y accesible

Dos aspectos especialmente importantes de la reforma del edificio tienen que ver con la accesibilidad y la preocupación por el medio ambiente. En el primer caso, se han incluido plazas de estacionamiento para personas con discapacidad, se han eliminado las barreras arquitectónicas y se han adaptado las habitaciones para que puedan disfrutar de la totalidad del espacio personas con movilidad reducida.

En cuanto al cuidado del medio ambiente, el Parador es un edificio sostenible. Sus materiales de construcción (maderas de bosques sostenibles o tuberías de polietileno en lugar de PVC) se han elegido siguiendo las indicaciones del Edificio Verde. Los materiales que lo revisten permiten mantener mejor el frío en verano y el calor en invierno para ahorrar así una considerable cantidad de energía. Todos los sistemas de iluminación están pensados para conseguir la mayor eficiencia energética y el edificio cuenta además con un Plan de Gestión de Residuos que optimiza la generación y recuperación de los mismos.

Entre las nuevas instalaciones destaca la existencia de placas solares y de una caldera de biomasa que sirve para la producción de agua caliente sanitaria. La biomasa es un combustible ecológico (materia orgánica de origen vegetal o animal que incluye materiales procedentes de su transformación natural o artificial) que sustituye a productos más contaminantes como el propano o el gasóleo.

El aprovechamiento de los recursos de la biomasa vegetal se ha usado tradicionalmente y cada vez adquiere mayor relevancia por su potencial económico. Existen importantes volúmenes anuales de producción agraria, cuyos subproductos se pueden usar como fuente de energía.

Un referente gastronómico

El parador de Villafranca se ha convertido en una auténtica referencia gastronómica para la zona. Aprovechando la riqueza culinaria de la provincia de León y la comarca del Bierzo, su cocina elabora recetas en las que destacan los productos autóctonos de más calidad y más reconocidos fuera de sus fronteras.

Son muchos y muy variados los alimentos bercianos con Denominación de Origen (como la Manzana Reineta), Indicación Geográfica Protegida (como el Botillo) o Marca de Garantía (como la Castaña del Bierzo) y otros muchos representativos de la gastronomía castellano leonesa como la Cecina de León, la presa de Ibérico, los hojaldres de Astorga, los puerros de Sahagún, el pan de Montejos o las alubias de la Bañeza. La carta del restaurante se nutre de estos y otros muchos alimentos para componer platos como la empanada berciana con tombrio de Abajo, la crema de puerros y patata temprana de Corullón, la trucha de San Fiz ahumada con crema de queso de Ambasmestas o el arroz con botillo de Ponferrada.

Su cocina tiene muy presente que la gastronomía castellano-leonesa tiene su base en los cocidos y los asados, y cuenta con muy buenas legumbres, excelentes embutidos, buenos derivados del cerdo y quesos, para elaborar diversos guisos ‘de cuchara’, distintos tipos de empanada y sabrosas sopas de ajo.

La presa de Ibérico con revolcones y torreznillos, los garbanzos de pico pardal con guiso de manitas, las alubias de la Bañeza con hortalizas de la Vega de Vilela, los dados de bacalao confitado con fritada berciana o el típico cocido maragato son otras de las delicias a disposición de los comensales.

En cuanto al surtido de dulces, el parador de Villafranca hace un guiño a la Marca de Garantía con un dulce de Manzana Reineta del Bierzo, mezcla elementos autóctonos en la tarta de castañas y queso de Veigadarte o la espuma de higos Zoupeiros con chocolate de Astorga; sin olvidar los postres tradicionales como la leche frita con canela o el arroz con leche y cítricos.

Una decoración mucho más cuidada

Otra de las novedades del Parador es su nuevo aspecto ya que, aunque conserva su carácter monumental ahora es más moderno gracias a una decoración más cuidada. Las estancias, acogedoras y cálidas gracias a colores suaves y muebles de contornos actuales, adoptan en ocasiones un toque nostálgico gracias a piezas rescatadas del establecimiento anterior como cabeceros, mesillas o maleteros.

Los lugares comunes, amplios y espaciosos, ofrecen una sensación de calidez gracias a maderas de tiznas suaves, alfombras de lana y antiguos cuadros, ahora reenmarcados e integrados perfectamente en el espacio.

Sin duda la novedad más destacada en cuanto a decoración es el mural ‘La Feria de San Antonio’ situado en el salón ‘Pedro de Toledo’. Se trata de una espectacular obra de 9×2 metros creada por los artistas Juan Carlos Mestre y Robés en homenaje al poeta berciano que da nombre al parador. En él confluyen de una manera mágica la fotografía y la pintura, amparando el resultado final las nuevas técnicas digitales.

Poeta y artista visual nacido en Villafranca del Bierzo en 1957, Juan Carlos Mestre es autor de una larga lista de poemarios traducidos a numerosísimos idiomas y por los que ha obtenido reconocimientos como el Premio Nacional de Poesía de 2009. Ha realizado las antologías sobre la obra poética de artistas como Rafael Pérez Estrada, Rosamel del Valle, Enrique Gil y Carrasco, etc.

En el ámbito de las artes plásticas ha expuesto su obra gráfica y pictórica en galerías de España, Estados Unidos, Europa y Latinoamérica y ha obtenido varios reconocimientos como la Mención de Honor en el Premio Nacional de Grabado de la Calcografía Nacional.

La obra del fotógrafo José Antonio Robés, casi siempre en blanco y negro, habla de ambientes, gestos, sensaciones y lugares. Su estancia en la Academia de España en Roma, durante el otoño de 2002, le ha permitido desarrollar e interpretar nuevas tendencias de la fotografía desde la base del reportaje como obra fotográfica.

Actualmente está ultimando su último trabajo ‘Espacio Pereira’, encargado por la Fundación Antonio Pereira, con el que recrea el universo de este ya desparecido poeta, en formato tanto editorial como expositivo.

Otra obra importante es el retrato de medio cuerpo al óleo de Antonio Pereira que se ha colocado en la entrada del parador. Se trata de una obra del artista berciano José Sánchez Carralero.

Antonio Pereira (Villafranca del Bierzo 1923- León 2009) nació el día de San Antonio, jornada grande de su localidad natal celebrada con una multitudinaria feria. Fue ducho en el arte de los cuentos, la poesía y la narrativa breve, hablando del color, la tradición y las historias relacionadas con las raíces del Parador y la comarca del Bierzo.

Entre sus obras destacan las novelas ‘País de los Losadas’ y ‘Un sitio para Soledad’; la recopilación poética ‘Contar y seguir’; o los relatos breves ‘Cuentos del noroeste mágico’, ‘Recuento de invenciones’, ‘Picassos en el desván’, etc.

Un poco de historia

La localidad de Villafranca del Bierzo nació y creció al amparo del Camino de Santiago. Debido a su estratégica situación, junto a la carretera, su parador fue construido en hace medio siglo como un establecimiento ‘de paso’.

Una de las primeras decisiones del Patronato Nacional de Turismo, creado en 1928, fue el desarrollo de una red de Albergues de Carretera integrada en la Junta de Paradores y Hosterías. El objetivo de esta iniciativa era ofrecer un refugio a los conductores que recorrían las grandes distancias que en España separaban los núcleos importantes de población y los entornos rurales. Estas vías no contaban con alojamientos cómodos que acogieran a los viajeros y, ante esta situación, se decidió dividir estos trayectos en etapas y crear al final de cada una de ellas un albergue, donde el viajero pudiera encontrar los servicios necesarios para descansar y continuar su viaje.

Se determinaron varias normas básicas de edificación (estética exterior del establecimiento, capacidad mínima, número de estancias, etc.), servicios (debían disponer de vestíbulo, cabina de teléfono, servicios y recepción) y de acceso (la entrada al albergue se haría por medio de una desviación de la carretera que dispondría de un surtidor cercano de gasolina) y se aprobó la construcción inmediata de doce albergues.

Los primeros fueron los de Aranda de Duero, Almazán, Medinaceli, Pantano de la Peña, Quintanar de la Orden, Manzanares, Bailén, Antequera, Benicarló, Puerto Lumbreras, La Bañeza y Puebla de Sanabria. Más tarde se aprobaría la construcción de otros como el de Villafranca del Bierzo, que nació en 1959 como un enlace entre Galicia y el centro-suroeste de la península.