Esta vez visitamos el Caserío de Sasikoetxe – en castellano el Caserío de la Zarza-, situado en el corazón del Txorierri vizcaino – pueblo de pájaros – apenas a 15 kilómetros de Bilbao en el barrio Basaras de Larrabetzu. Esta pequeña explotación familiar, de no más de una hectárea, elabora un txakoli digno de mención. El último lunes de octubre en la Feria de Gernika, la mejor y más famosa de Vizcaya dedicada a exponer los mejores productos elaborados por el baserritarra –aldeano vasco- el txakoli Sasikoetxe obtuvo de nuevo el premio al mejor txakoli rosado de la denominación de origen Bizkaiko txakolina.

Kiko Martinez

Llegamos al caserío un viernes por la tarde, un día gris y lluvioso con el típico txirimiri que nos acompaño todo el día. Allí nos recibió la anfitriona Josefina Oregi una etxekoandre – ama de casa en el mejor sentido de la palabra – que nos enseño y nos hizo de guía a lo largo de la explotación.

Esta mujer de baserri –caserío- como dice ella, pero con los pies en la tierra, es el alma mater del caserío. Con su fluida conversación nos introdujo en la vida diaria y el buen hacer de estos supervivientes del agro vasco que todavía conservan con trabajo y esfuerzo las costumbres de sus antepasados y que tanto ella como su marido y fiel escudero Agustín han inculcado a sus dos hijos Agustín y Begoña. Los Olazabalaga han compaginado a lo largo de su vida su trabajo con el del caserío: él, ya jubilado de Altos Hornos y ella, también jubilada, fue cocinera durante muchos años de la Comunidad Terapeútica Manu-ene. Los dos han sabido mantener vivo y activo el espíritu del caserío al igual que sus hijos.

Este caserío situado entre los valles de Asúa e Ibaizabal, enfrente del Txispamendi, en una ligerísima pendiente, flanqueado de viñedos, huertas y campas con los pequeños rebaños pastando, es la imagen de la clásica y bucólica postal de calendario. El caserío esta rodeado de una tupida red de Moscatel de Alejandría de una sola cepa, una de las vides más antiguas -según los expertos- procedente del Norte de África. El nombre seguramente deriva de los antiguos egipcios que ya elaboraban vino, esto nos da a entender el microclima de la zona, pues esta especie es típicamente mediterránea y sin ninguna modificación genética, sin embargo aquí se nos muestra exultantemente bella y aparentemente como si estuviera en su casa.

El modesto y vetusto caserío de más de 400 años conserva las esencias del viejo caserío vasco con sus aperos de labranza, su artesa donde se elaboraba el talo –torta de maíz-, con su hogar donde todavía se reúnen alrededor del fuego a asar pimientos, a colgar la matanza para que se cure, por cierto enseguida vendrá la famosa txarriboda –matanza del cerdo-.

Sasikoetxe, con su origen ancestral, se podría decir que representa en el País Vasco los fundamentos y tradiciones también guardadas por estos descendientes del alma vasca. Actualmente la familia Olazabalaga ya no vive en el caserío, sino que se construyó uno nuevo al lado con todas las comodidades que se pueden tener hoy en día. A los Olazabalaga les sirve de almacén y al hijo de pequeño laboratorio donde experimenta con el txakoli para mejorar su calidad.

Cultivo y explotación

Con apenas una hectárea de cultivo Agustín y su familia elaboran cuatro tipos de txacoli: el blanco, el tinto, el rosado y ahora el hijo esta experimentando en barrica… Y según los que lo han probado con notable éxito.

Las variedades de uvas que utilizan primordialmente son la hondarribi zuri –blanca- principalmente y en una pequeña cantidad la hondarribi beltza –tinta-. Los racimos son medianos y compactos y las uvas son pequeñas y redondas con un cierto color dorado. Los vinos son de año.

Aunque en Sasikoetxe se elaborado txakoli desde siempre, no ha sido hasta hace unos pocos años coincidiendo con la denominación de origen Bizkaiko Txakolina que no decidieron explotar y recuperar este tipo de cultivo con nuevas técnicas y preparándose los baserritarras –aldeanos de caserío- en centros de formación promovidos por las instituciones vascas así lo hizo el hijo.

En los últimos años se han recuperado viñedos orientados al sur. La vid se cultiva en suelos resguardados por los vientos del norte y buscando siempre zonas de máxima insolación para conseguir la maduración de la uva.

El clima cantábrico, húmedo, suave y poco soleado y el sistema de cultivo en palmetas o espalderas, es el mejor sistema al que se adaptan estas variedades de uva. La vendímia se realiza en otoño con familiares y amigos. Dura muy poco, ya que la explotación es pequeña. Luego se fermenta en barricas de acero inoxidable.

La conservación del txakolí en bodega no difiere de la de otros vinos, es decir botellas tumbadas en sitios frescos, silenciosos y oscuros, sin cambios de temperatura bruscos entre 14 y 16º grados y con humedades entorno al 80%.

La producción de este año ha sido: De unas 5000 botellas de blanco y menos de 200 de ojo de gallo o rosado.

Premios

Desde que la familia Olazabalaga decidió embarcarse en esta aventura no ha tenido otra cosa que motivos de alegría y satisfacción. De los numerosos premios y reconocimientos que han tenido a lo largo de las diferentes Ferias y Mercados que se celebran en Euskadi, cabe destacar el tercer premio en la Feria de Santurce del año 2005, que fue el primero que cosecharon. Y este año están recibiendo multitud de galardones por su vino rosado (ojo de gallo). En lo que llevan de año han ganado el de la Feria de Muzkiz y el de la Zamudio, pero sin lugar a dudas del que están más orgullosos son del premio del ultimo lunes de octubre de Gernika, que ya consiguieron en el 2006.

Con tan exigua producción apenas les quedan botellas que guardan celosamente para el mes de diciembre para el Mercado Santo Tomás en Bilbao, que aspiran por obvias razones a ganar.

Distribución

Al tratarse de una explotación pequeña es difícil de encontrar estas botellas, pero actualmente se puede degustar en el Hotel Sheraton de Bilbao, en el Haizea y en el Campo del Golf de Meaztegi en la Arboleda . Y si no, se puede conseguir en el propio caserío. Ojo, hablamos de la modalidad blanco ya que rosado es imposible, a no ser que aumenten la explotación.

Nota

Actualmente están pensando en montar cooperativa con otros baserritarras para ampliar la explotación y así asumir menos riesgos.

Cata

El consumo de txakoli, debe hacerse preferentemente en el año, al ser un vino joven es cuando es más expresivo y mejor se disfrutan sus características, en el caso del blanco, a una temperatura de 8ºC a 10ºC en copa de cristal y sin escanciar como antes se hacía. El txakoli blanco de Sasikoetxe destaca por su sabor a manzana verde y cítricos, recomendable para acompañar pescados y mariscos y algún que otro pincho como nos preparó Josefina, por cierto muy ricos.

Otras actividades del caserío

La familia Olazabalaga aparte del txakoli, también produce sidra, este año unas 300 botellas, alubias de Gernika, Pimientos de Gernika, vainas, nueces, unos capones impresionantes, conejos, unas pocas ovejas, en fin un poco de todo, es decir un pequeño paraíso en un enclave maravilloso.

Datos de interés
Sasikoetxe Txakolina
Bº Basaras. Caserío Sasikoetxe
48195 LARRABETZU -BIZKAIA