l Camino del Cid es un itinerario turístico cultural que hunde sus raíces en un personaje histórico, Rodrigo Díaz, y en una obra literaria, El Cantar de mío Cid. En ambos casos se trata de referencias de ámbito internacional: el Cid, como caballero medieval, y el Cantar, como una de las grandes obras épicas de la literatura europea.

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Fotos: Emilio Cappa Segis

 

El Camino del Cid no es una ruta artificial ni imaginada, pues en su primer estadio se creó sobre la base del entramado de caminos existentes en el siglo XIII, algunos de los cuales perviven en la actualidad y pueden ser recorridos en algunos de los tramos senderistas, mientras que otros, a raíz de nuevas intervenciones arqueológicas, han salido a la luz. Estos caminos, transitados desde hacía siglos, comenzaron a recorrerse ya como itinerario cidiano a principios del siglo XX, cuando Ramón Menéndez Pidal y su mujer María Goyri iniciaron la búsqueda de las huellas del Cid por tierras castellanas y aragonesas. Desde entonces han sido miles de personas, en todos los medios de locomoción posibles, los que han seguido estos itinerarios.

El Camino del Cid discurre por ocho provincias españolas: Burgos, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Castellón, Valencia y Alicante. Es difícil encontrar una ruta con la riqueza de recursos patrimoniales del Camino del Cid.

Es difícil encontrar una ruta con la riqueza de recursos patrimoniales del Camino del Cid. Si existe una palabra que pueda definir la ruta desde esta perspectiva, esa palabra es diversidad.

A los Patrimonios de la Humanidad de origen medieval como la catedral de Burgos, el mudéjar aragonés, la Lonja de Valencia o el Palmeral de Elche, se unen numerosos lugares y poblaciones de indiscutible valor, como Covarrubias (Burgos), El Burgo de Osma (Soria), Sigüenza (Guadalajara), Daroca (Zaragoza), Albarracín (Teruel), Morella (Castellón), Xátiva (Valencia) o Elche (Alicante), son sólo algunos ejemplos de las poblaciones de honda raigambre medieval que el viajero puede conocer a su paso.

Pero más allá de estos lugares ya reconocidos, existen numerosos enclaves aún por descubrir por el gran público que guardan celosamente parte de su pasado medieval y que sin duda sorprenderán a quienes se adentren en la ruta: ejemplos de arte románico, mozárabe, mudéjar, islámico y gótico conviven en este itinerario junto con parajes de gran valor medioambiental: los sabinares relictos del Arlanza (Burgos), el Parque Natural del Alto Tajo (Guadalajara), las lagunas de Gallocanta (Zaragoza), la Sierra del Maestrazgo (Teruel y Castellón), la Albufera de Valencia o el Palmeral de Elche (Alicante) dan buena cuenta de la diversidad de recursos que se prolonga a otras manifestaciones de no menor interés, como la gastronomía y la artesanía. Todos ellos hacen del camino del Cid un itinerario único amparado bajo la sombra narrativa del Cantar de mío Cid.

El Camino del Cid ruta literaria

Más allá de los numerosos recursos patrimoniales y medioambientales existentes en el recorrido, el gran valor y atractivo de esta ruta reside en la historia que une y da sentido a todo el Camino: una trama antigua que se remonta al siglo XI, uno de los momentos más apasionantes de nuestra Historia. En este sentido el Cantar del mío Cid no es sólo un argumento para el Camino sino la “guía de viaje” propiamente dicha. Una obra literaria escrita hace ocho siglos y hoy en buena medida reconocible en los parajes y lugares que el viajero va dejando a su paso.

Estructura del Camino del Cid

El Consorcio Camino del Cid ha tematizado por tramos la ruta con el objetivo de adaptarla a las nuevas necesidades de ocio de viajeros y turistas. Existen las siguientes propuestas para recorrer el Camino del Cid:

El Destierro (provincias de Burgos, Soria y Guadalajara): Este tramo sigue en líneas generales los primeros días del destierro del Cid narrados en Cantar, aunque también incluye otros pasajes del poema, como la Afrenta de Corpes. El Cid, desterrado, sale de Vivar con un puñado de caballeros y la orden real de abandonar Castilla en nueve días, plazo que el Cid utilizará para dejar a sus hijas y a su mujer en el Monasterio de san Pedro de Cardeña, pertrecharse, y reforzar su reducido grupo de files alistando a nuevos caballeros y soldados, Aunque el Cid abandona Castilla justo en la sierra de Pela, en el actual límite entre Soria y Guadalajara, el itinerario prosigue hasta el siguiente núcleo de importancia, la villa histórica de Atienza.

Tierras de Frontera (provincias de Guadalajara, Soria y Zaragoza): Desterrado por el rey Alfonso VI, el Cid abandona Castilla y entra de noche, para no ser descubierto, en los territorios de la antigua taifa de Toledo. Este tramo comienza en Atienza, por entonces un puesto de avanzada musulmán y según el Cantar una peña “muy fuerte”, y prosigue hacia Henares, donde el Cid comienza a imponer su ley para conseguir el sustento de su gente a través del cobro de parias, las algaras, la toma de poblados y las batallas. La ruta prosigue por lugares que entonces delimitaban zonas fronterizas, y siguieron siéndolo durante siglos, primero entre los reinos cristianos y musulmanes, como Medinaceli, y posteriormente entre los reinos de castilla y de Aragón, como los enclaves fortificados, hoy ruinosos, de la vega del Jiloca. El tramo termina en Alcocer, hoy un despoblado situado en el término municipal de Ateca, donde tuvo lugar una de las batallas más feroces relatadas en el Cantar, y que enfrentó al Cid con un poderoso ejército musulmán.

Las tres Taifas (provincias de Zaragoza, Guadalajara y Teruel): La organización y autonomía del ejército cada vez más numeroso del Cid, le permiten moverse sin dificultades entre las fronteras de los distintos reinos musulmanes. Tres Taifas: Toledo, Zaragoza y Albarracín, sirven de escenario al paso de Rodrigo y su gente por territorios de gran diversidad cultural y medioambiental, en una ruta que les llevará desde Daroca al “puerto franco” de Molina de Aragón, y desde allí por paisajes agrestes, hasta Albarracín. Este tramo finaliza en Cella, donde según el Cantar, el Cid decidió reunir a todos aquellos hombres que quisieran acompañarle a conquistar la ciudad de Valencia.

La conquista de Valencia (provincias de Teruel, Castellón y Valencia): A quien quiera ir conmigo a cercar Valencia…. tres días le esperaré en el Canal de Cella. Este itinerario comienza, precisamente en Cella, el lugar que el Cid elige para reunir a quienes quieran ayudarle a conquistar Valencia y sigue las huellas del Cid por las numerosas localidades tributarias del Cid (Montanejos, Jérica, Segorbe…) hasta llegar a Valencia, la ciudad soñada, que el Cid tomó tras un duro asedio.

La defensa del sur (provincias de Valencia y Alicante): La defensa del Sur es un recorrido por una importante línea estratégica defensiva durante la Edad Media. En este recorrido, en el que la historia y la literatura se entrecruzan, seguimos los pasos del Cid en su intento por afianzar su presencia en este territorio y, tras su conquista, salvaguardar la preciada ciudad de los ataques almorávides. Esta ruta, que recurre importantes hitos cidianos como Xátiva, Villena o Elche, termina en Orihuela el punto más al Sur hasta el cual llegó la influencia del Cid.

Anillos temáticos: el Camino del Cid cuenta con unos anillos o espacios temáticos que responden a circuitos de estructura circular con identidad propia dentro del Camino. Son los siguientes:

Anillo de Gallocanta (Zaragoza y Teruel): anillo “verde” que une Daroca con Gallocanta, a la que algunos estudiosos señalan como el “Alucad” citado en el Cantar,

Anillo de Montalbán (Teruel): esta ruta sigue las correrías del Cid por Montalbán y otras poblaciones turolenses en su afán por obtener recursos del pillaje y el cobro de parias.

Anillo del Maestrazgo (Teruel y Castellón): un impresionante recorrido por la Sierra del Maestrazgo que, ya en su descenso, tiene a Onda como referente literario.

Anillo de Morella (Teruel y Castellón): un pequeño anillo de alto volar histórico, literario, cultural y medioambiental, que tiene como referente literario a Olocau del Rey y a Morella como referente histórico.

Anillo de la Taifa de Valencia (Valencia): este anillo aún en fase de proyecto, tiene un marcaddo carácter senderista y cicloturista. Tendrá como localidades de referencia a Xátiva y la Peña Cadiella, enclave estratégico de gran importancia situado en los términos municipales de Beniatjar y Otos.

Los ramales: son rutas lineales que unen determinadas poblaciones e itinerarios con el camino principal. En concreto, hay tres ramales:

Ramal de la Algarada de Álvar Fánez (Guadalajara; une la ciudad de Guadalajara con Castejón de Henares y sigue el rápido ataque lanzado por Álvar Fánez desde Castejón.

Ramal de Castellón (Valencia-Castellón): une la ciudad de Castellón con Sagunt, siguiendo la línea defensiva creada por el Cid, según el poema.

Ramal de Olocau (Valencia): un pequeño ramal aún en fase de desarrollo que unirá dos localidades “cidianas”: Puçol y Olocau.

Cómo puede recorrerse el Camino del Cid

El Camino del Cid puede recorrerse sobre dos plataformas distintas: por carretera y por sendero. El camino por carretera está pensado inicialmente para vehículos a motor, pero al transitar en un 80% por carreteras secundarias con baja densidad de tráfico es elegido por muchos cicloturistas que prefieren el asfalto a los caminos de montaña. Las diferentes rutas por carretera suman un total de 1929 km.

El camino por sendero está destinado principalmente para senderistas, y también para bicicletas de montaña. En total, la longitud de estos caminos verdes es de 1709 km.

Consorcio Camino del Cid

El Consorcio Camino del Cid es una entidad pública sin ánimo de lucro creada en el año 2002 e integrada por las Diputaciones Provinciales de Burgos, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Castellón, Valencia y Alicante, cuya finalidad es la promoción y difusión del Camino del Cid. La sede de la institución está en Burgos. La Presidencia del Consorcio es asumida por los representantes de cada una de las diputaciones de modo rotatorio y por período de un año. El próximo año asumirá la presidencia la Diputación Provincial de Alicante.

El Salvoconducto

Independientemente de la opción que escoja el viajero, las personas que recorran el Camino del Cid pueden solicitar el salvoconducto, la credencial que “plasma” el paso del viajero por las distintas localidades del Camino del Cid pero sobre todo es el medio para obtener el documento acreditativo del camino del Cid. Para ello, es necesario estampar al menos cinco sellos oficiales por provincia.

El salvoconducto se expide gratuitamente en la sede del Consorcio y en otros 40 puntos de la ruta, en su mayoría oficinas de turismo. El documento recuerda al que se utilizaba en la Edad Media para asegurar el paso libre y seguro de viajeros y mercancías. En los puntos de sellado oficial – que aparecen identificados con una corneja – los viajeros que presenten el documento cidiano obtendrán un descuento del diez por ciento o equivalente.

Más información:

Consorcio Camino del Cid
Real Monasterio de San Agustín C/ Madrid, 24 – 09001 Burgos
Telf.: 947256240
Horario: días laborales de 09:00 a 14:00 horas
www.caminodelcid.org