La costa murciana es algo más que la Manga del Mar Menor. Desde el cabo de Palos, recorriendo las playas de Clablanque hasta Águilas, todavía pervive un reducto de un Mediterráneo casi virgen de la costa murciana. Si tiene tiempo visítelo antes de que cualquier proyecto urbanístico destroce este lugar tan poco contaminado todavía de la codicia humana. Comenzaremos nuestro paseo por el Cabo de Palos.

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El Cabo de Palos se encuentra de Cartagena a menos de 30 kilómetros, en la entrada al Mar Menor. El Cabo de Palos es el mejor mirador de la costa murciana, por un lado vemos la zona turística y masificada del Mar Menor y por otro, aunque no te lo creas, una zona salvaje, como son los acantilados de Calblanque y la cala de Reona. Mirando al frente se ven las puntas rocosas de las Islas Hormigas -en cuyas aguas reposan multitud de navíos- que están declaradas Reserva Marina Integral por la insuperable belleza de sus fondos. El Faro del cabo fue construido como escuela de fareros en 1865, de ahí la base tan voluminosa que sujeta la torre. Después de visitar el Cabo volvemos dirección Cartagena y, a unos 4 kilómetros tomamos un desvío a la izquierda para acercarnos al Parque Natural del Calblanque.

Calblanque

Es una zona privilegiada del litoral murciano muy rica en especies de fauna y flora, con sierras áridas, dunas fósiles –de gran interés geológico-, playas largas y doradas y un mar de azul penetrante, con varios itinerarios muy sugerentes a recorrer. Por un lado las calas protegidas de Flores y Reona, muy próximas al Cabo de Palos, poseen una gran diversidad natural, más propia del continente africano que del europeo. En las inmediaciones nos encontramos las Salinas del Rasall, refugio de numerosas aves como cigüeñuelas, garcetas, chorlitejos, flamencos, achibebes y avocetas. En fin un lugar en que la naturaleza vive de espaldas a las amenazas de la urbe que la rodea. A continuación desde Cartagena dirección a Canteras y Puerto de Mazarrón, iremos a la Azohía.

La Azohía

Maravilloso pueblo pesquero que conserva la última almadraba –sistema tradicional de pesca con un laberinto de redes, un ancestral arte ya conocido por los árabes-, con amplias playas de arena y vistas a la sierra que las circundan. Es lugar tradicional de veraneo. La Azohía cuenta con una bella torre poligonal defensiva, la torre de Santa Elena, que domina el cabo, que fue levantada en el siglo XVI como protección ante los ataques de los piratas berberiscos. Después de la Punta de la Azohía, la costa se vuelve acantilada, con playas solitarias como Cala Cerrada y Cala Abierta, excelentes lugares de baño, accesibles por mar o descendiendo ramblas, ideales para los amantes del turismo activo y la tranquilidad. Tras bordear el Cabo Tiñoso -imponente atalaya de más de 300 m de altitud- se llega a un tramo de costa virgen, dominado por la Sierra de la Muela, de apenas 545 metros de altura. Desde arriba se domina la cala del Portús, que cuenta con un camping naturista -de los más famosos en el Mediterráneo- y la dársena y los castillos de Cartagena, un espacio que por sus altos valores naturales ha sido protegido. Otro lugar de interés es Puntas de Calnegre.

Puntas de Calnegre

El tramo de litoral comprendido entre Puerto de Mazarrón y Águilas se puede considerar la parte más deshabitada de toda la costa murciana, exceptuando la pequeña localidad de Puntas Calnegre. Desde Bolnuevo se puede acceder por una pista de tierra en buen estado que transita por calas nudistas y playas desérticas como la de Covaticas o los Percheles. También se puede dar la vuelta por la carretera de Mazarrón a Águilas y llegar a Puntas de Calnegre por asfalto. En los alrededores de esta población se localizan un rosario de calas solitarias.

Águilas

La ciudad tiene su origen en el Castillo de San Juan de las Águilas, construido hacia el siglo XVI, dentro del entramado defensivo contra los piratas, y mejorado después en el XVIII. Esta ciudad es famosa por sus por sus carnavales y por su entorno natural, con playas y calas de gran valor paisajísticos. Las más destacables son Calabardina, cala Amarilla, cala Reona y la playa del Hornillo. Frente a ella se alza la isla del Fraile, cuya silueta se ha convertido en el emblema del litoral aguileño.

Cabo Cope

Aquí acabaremos nuestro viaje por una Murcia ausente de hormigón como nos muestran los telediarios. A 8 km de Águilas se levanta esta hermosa torre defensiva, -construida en época de Carlos III para prevenir a la población de ataques berberiscos es del siglo XVI- cuya extraña forma recuerda la proa truncada de un barco que vigila el mar, esperando la visita de los piratas. La bahía y los alrededores que la rodean están protegidos bajo la figura de Parque Natural, con un magnífico entorno de playas solitarias. Un sendero señalizado permite acceder a la cima de la base del cabo. Actualmente esta zona corre peligro por los numerosos proyectos urbanísticos que no respetan la tranquilidad y el sosiego de la propia naturaleza.

Consejo

Es recomendable llevar algún tipo de repelente de mosquitos, pues por estos lares los hay en abundancia.

Información Turística:
902 101 070
Región de Murcia Turística:
968 357 761
www.murciaturistica.es

Oficina de Turismo de Águilas
Plaza Antonio Cortijo, s/n 30880 Águilas (Murcia)
Teléfono: 968 493 173
turismo@aguilas.org