En nuestra serie Los Mejores Vinos de España tenemos el placer de tropezarnos con la personalidad de Secastilla 2011, un vino que toma el nombre de su procedencia: Secastilla es un pueblo de la comarca oscense de La Ribagorza, incluida dentro de la DO Somontano. Es la zona más septentrional de esta DO y tiene unas características muy particulares que son el punto de partida para un vino diferente y, a la postre, excelente.
Texto: Manuel Moraga
Fotos: Gonzalez Byass S.A.
Para empezar a comprender la diferencia y la personalidad de este vino, la altitud a la que se encuentran los viñedos es mayor que en el resto de la denominación: unos 700 a 800 mts. sobre el nivel del mar. Además el enclave está entre dos ríos que dan lugar a dos embalses, es decir, dos masas de agua que propician un microclima propio. Añadamos que el viento sur aparece prácticamente a diario por las tardes en esa localización. Sumemos a esto la orografía del pre-pirineo, lleno de colinas con diferentes orientaciones. Más particularidades: el suelo es de aluvión: laderas pedregosas y muy pobres en nutrientes, lo que hace que la planta ofrezca intensidad y concentración. Este terreno favorece el drenaje y la planta busca el agua en la profundidad.
Secastilla se elabora a base de garnacha, que es la variedad ancestral de la zona. Una garnacha que procede de dos viñedos de unos 70 años de edad. Así que también el rendimiento es muy bajo por este motivo: entre 1 y 2 kilos de uva por planta. Prácticamente todo el trabajo en viñedo es manual, así que estamos hablando de viticultura totalmente tradicional. Eso sí, con una salvedad que nos comenta José Ferrer, enólogo y director técnico de Secastilla: “en lugar de llevar las uvas a la bodega, lo que hacemos es llevar el depósito a la viña: la garnacha tiene una tendencia a la oxidación, y eso lo corregimos acercando el depósito al propio viñedo y trabajando allí”.
De esta forma se potencian los aromas y el color de la fruta. Tras la primera fermentación, el vino fue trasegado tres veces para su limpieza natural y se metió en barricas de roble francés nuevas. Allí permaneció 10 meses. Después se llevó a un depósito de bodega para que siguiera su proceso de estabilización antes de entrar definitivamente en botella. Y ya en botella pasa dos años antes de salir al mercado.
Como vemos, todo el entrono es muy peculiar. De hecho, aunque no se ha perseguido la calificación oficial de Pago, Secastilla sí que pertenece a la asociación de Grandes Pagos de España. Al final, su filosofía es la misma que la de un pago: “reflejar el terroir, es decir, reflejar la singularidad de ese viñedo en la calidad de la elaboración. No es un vino que se construya en base a técnicas enológicas modernas, ni tiene que ser un vino para el mercado global, sino que es un vino que en realidad quiere representar lo que había en el viñedo, salvaguardando en todo lo posible la singularidad de ese viñedo y conseguir la calidad en base a esa singularidad. Y además, queremos que el vino refleje la pasión del trabajo de quienes lo hacemos.”
Finalmente descorchamos esa botella de Secastilla 2011.Tanto en aromas como en boca destaca por la armonía: se nota que el vino está perfectamente hecho, no necesita guardarse más. Apreciamos también la complejidad de la garnacha que se muestra muy fina, con matices muy delicados. Además encontramos una interesante mineralidad que da carácter a este vino. Vino que también tiene un buen punto de frescor que hace que, a pesar de esa complejidad, el trago pase fácil y se disfrute. Esa combinación de fruta, tierra y frescor es quizás lo que mejor define a este vino tan particular que –nos atrevemos a decir- responde más a su propio terroir que a la DO Somontano. Y si algo nos gusta en los vinos, es que tengan personalidad. Secastilla 2011 la tiene. Por eso lo consideremos como uno de los mejores vinos de España.
¡Salud!
El equipo de recreatuviaje.com realiza la sección ‘De Vinos’ en el programa ‘Degustar España’ dirigido por Paloma Zuriaga en Radio 5 Todo Noticias (Radio Nacional de España) los sábados de 12:05 a 12:30.
