Miles y miles de personas, mirandeses y foráneos, celebran cada año una fiesta sorprendente, repleta de tradición, de detalles, de historia, de acerbo cultural… Es San Juan del Monte, la fiesta a la que se rinde culto desde hace cientos de años en Miranda de Ebro (Burgos)
Redacción
Fotografías: Avelino Gómez y ayuntamiento de Miranda de Ebro
Desde hace cientos de años, en Miranda de Ebro, se rinde culto a un santo que no es tal, en una curiosa romería que ha llegado hasta hoy pasando de generación en generación, a través de la costumbre y creando tradición.
Es San Juan del Monte ‘El ermitaño’ el personaje al que miles y miles de mirandeses y foráneos celebran cada año en una fiesta que la primera vez resulta sorprendente y la segunda llena de tradición, matices y detalles. Para la tercera ocasión uno se descubre amante de la romería de San Juan del Monte que se celebra invariablemente el Lunes de Pentecostés.
De generación en generación
Miranda de Ebro es una ciudad enclavada en el nordeste de la provincia de Burgos, haciendo frontera con Álava y La Rioja. Es por ello que bebe las esencias de la forma de vivir de cada territorio, formando una mezcolanza en el ser mirandés que se traduce en su gastronomía, en su idiosincrasia, en su historia y también en sus fiestas.
Celebra esta Ciudad la fiesta de San Juan del Monte como una forma de vivir y de sentir que mucho tiene que ver con el espíritu mirandés y el devenir de la misma. Es la esencia de un pueblo, de una comunidad. Es ejemplo de la unión buscada entre los mirandeses como iguales.
La Fiesta mirandesa de San Juan del Monte ofrece muchas imágenes sorprendentes por el colorido que aporta la vestimenta tradicional de los festejos y la masiva participación: el Bombazo, el desfile del Blusa, el lunes de San Juan, la Bajada, etc…
En estos días, miles y miles de personas se sumergen en la fiesta. Los sanjuaneros son los herederos de aquellos primeros romeros y en un número de muchos miles se organizan en agrupaciones caracterizadas cada una con una blusa de diferente colorido y que hoy es el símbolo más peculiar de esta fiesta. Son los ejércitos de blusas.
Llenan el casco urbano de la Ciudad llenándolo de ruido y música y el colorido de sus blusas durante dos días, empezando la fiesta en la Plaza de España de la Ciudad, donde hasta diez mil sanjuaneros acuden para asistir a uno de los momentos álgidos de la fiesta, la resurrección de un gran bombo desde las aguas del río Ebro hasta el balcón del Ayuntamiento el sábado de fiesta. Es ‘El Bombazo’.
El día después, miles de sanjuaneros ataviados con su vestimenta ofrecen uno de los espectáculos más vistosos. El domingo es el Desfile del Blusa, donde las innumerables cuadrillas de blusas se agrupan para desfilar por las calles céntricas de la Ciudad ante las miradas de asombro y curiosidad de los visitantes.
Tras horas y días de fiesta en Miranda, el centro urbano queda prácticamente desierto el lunes porque los blusas y romeros se trasladan al monte para una jornada festiva en plena naturaleza. En muchas ocasiones el número de romeros que el lunes de San Juan, que este año tendrá lugar el día 20 de mayo, recibe el monte alrededor de la pequeña gruta del santo es de 40.000, que es la población que hoy registra Miranda.
En el monte, el lunes, esas agrupaciones de blusas llamadas cuadrillas, disfrutan en sus casetas, pequeñas y curiosas construcciones integradas en el paisaje, de la comida de San Juan, en la que muchas hacen gala de ese afán mirandés por la buena y variada gastronomía al son de la música de charangas.
Tras pasar el día en el monte, espera al visitante otra imagen espectacular. Miles de romeros descienden caminando desde el monte, hasta la ciudad en lo que se conoce como la Bajada, en la que los ‘blusas’ recorren a pie los kilómetros que les separan de Miranda, para llegar hasta el centro urbano y volver en el mismo a continuar la fiesta.
La historia, aliada de la fiesta
Para esos miles de sanjuaneros esta fiesta es necesidad y han defendido su permanencia durante siglos porque es propiedad de la gente sencilla que de manera obstinada ha conseguido traerla hasta el día de hoy manteniendo elementos populares de sabor tradicional y aportando nuevas alternativas acordes con los nuevos tiempos. Pero desde siempre esta fiesta ha sabido mantener los elementos populares que hoy la impregnan de sabor tradicional.
La fiesta de San Juan del Monte está hecha de su propia historia. La romería encuentra sus comienzos en tiempos remotos. Las primeras referencias documentales nos llevan hasta el siglo XIV pero las investigaciones históricas nos revelan que ya entonces se decía que la celebración databa de tiempos remotos.
La fiesta de San Juan tiene de especial lo que tiene de especial Miranda: ser una Ciudad que se ha hecho con muchos matices.