Quesos Isusi Anaiak
Los hermanos Isusi de Gueñes en las Encartaciones (Vizcaya) son los responsables junto a la complicidad de Slow Food de la recuperación de esta raza autóctona en peligro de extinción, la oveja carranzana cara negra. Con ella se elabora su excelente y exclusivo queso de oveja carranzana cara negra.
Kiko Martínez
La oveja carranzana acostumbrada a las zonas montañosas de lluvia se encuentra localizada casi en su totalidad en las Encartaciones de Vizcaya y muy singularmente en Carranza de ahí el nombre de este ovino en peligro de extinción. La composición de la leche es de alrededor del 7% grasa y el 5,5 de proteína. La producción suele situarse en 150 litros en 150 días de lactancia, cada oveja da un litro de leche por día y un kilo de queso necesita unos seis litros de leche. El lechazo es muy apreciado, debido a que son pocos corderos y de mucha calidad, llegando a tener altos precios en el mercado.
El queso carranzana es único, es una manera de hacer, como lo hacían nuestros abuelos de forma artesanal, prensado a mano con cuajo natural y leche cruda, por esta razón el queso en poco tiempo coge mucho más potencia de sabor y más gusto. La curación mínima es de dos meses en cámara dándoles la vuelta todos los días y alcanza su máxima potencialidad de gusto y sabor a los cuatro meses. La diferencia con el tradicional queso Idiazabal de oveja latxa aparte del método de elaboración tradicional de prensado a mano es que con un poquito menos de leche se consigue otro gusto y sabor.
Los hermanos Isusi elaboran tres clases de quesos: el de oveja carranzana cara negra, el de oveja latxa y otro muy curioso que es el de la cabra Azpi-gorri también en peligro de extinción que esta familia intenta recuperar, al ser la producción tan pequeña lo venden enseguida y es difícil encontrar
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Jose Ignacio Isusi
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