Erigido en la cima de la breve Península de Monterreal, el Parador de Baiona es uno de los hoteles más espectaculares de nuestro país. Las razones son diversas y a cual más insólita: las pintorescas murallas de la fortaleza, la arquitectura histórica de sus torres, la grandeza de sus espacios ajardinados y, sobre todo, la inmensidad atlántica. Un lugar encantador al que es imposible resistirse.
Texto: Manuel Morag
Fotografías: Parador de Baiona
Más hechos históricos: el 1 de marzo de 1493 llegaba a Baiona la carabela La Pinta: era su regreso a España y Martín Alonso Pinzón venía con la primicia del descubrimiento del Nuevo Mundo. Para conmemorar ese hecho, el primer fin de semana de marzo se celebra la fiesta de la Arribada, muy a tener en cuenta si alguien está pensando conocer la Baiona más auténtica. Como curiosidad, en el puerto hay una réplica de esta embarcación.
La fortaleza es asombrosa se mire por donde se mire. Destaca, por ejemplo, un mirador sobre la península que ofrece una bellísima vista. Dignas de mención son, desde luego, las murallas son de época, o los escudos como el del conde de Sotomayor, o las tres torres: la del reloj (que servía de alarma), la torre del Príncipe (que sirvió como faro, y donde estuvo preso en el príncipe de Portugal Alfonso Enrique) y la Torre de la Tenaza, que fue el auténtico bastión de defensa.
Al encontrarnos en una península, este mirador privilegiado da a dos horizontes: por un lado, al rompeolas y a toda la zona Sur de Galicia; por otro, está la vista norte da a Monte Zarro, Playa América y el Parque Natural de las Islas Atlánticas. Y todas estas maravillas se contemplan desde en una superficie de 18 hectáreas donde se respira un aire balsámico al estar rodeada la fortaleza de bosque y de mar… Una delicia.
Por lo que respecta al Parador, como establecimiento hostelero data de 1966. Se construyó a semejanza de los pazos tradicionales gallegos, aunque el interior cuenta con una decoración básica castellano-leonesa enriquecida con diferentes tipos de mobiliario. Posteriormente, en 1989 se reformó con la construcción de un salón nuevo de convenciones y con la ampliación de algunas habitaciones.
Estamos en un 4 estrellas, aunque bien podría tener una más. De hecho, el tipo de cliente que acude a este Parador tiene el perfil de cliente que busca normalmente las máximas categorías de alojamiento. No obstante, según nos cuenta el director del Parador, David Lorenzo, “fuera de temporada alta contamos con un abanico de promociones donde abrimos todo tipo de segmentos: personas entre 25 a 35 años, o mayores de 55 años, clientes que quieren hacer una ruta con paradores por Galicia o por la Ruta de la Plata, promociones para temas de restauración, etc., y esas promociones sí están al alcance de cualquier bolsillo”.
El Parador dispone de 122 habitaciones, cinco de ellas son suites. La más emblemática de todas es la 201, “que es la que suelen utilizar Sus Majestades los Reyes de España cuando vienen a Baiona. Y también es muy demandada para bodas”. El resto de habitaciones están situadas de tal forma que dentro de ellas se tiene la sensación de estar alojado en un barco, pues desde el salón y la cama se ve el mar con una perspectiva tal que parece que estemos, efectivamente, a bordo de una embarcación.
Hablábamos antes de bodas y no en vano es una de las principales líneas de trabajo del Parador de Baiona. Dentro del recinto se encuentra la Capilla de la Virgen del Carmen con una capacidad para 100 personas, que tiene su propio párroco. “Y para bodas civiles también contamos con una zona ajardinada destinada a tal fin”, apunta el director del Parador. Después de la ceremonia, el banquete se puede celebrar, por ejemplo, en alguno de los salones señoriales con capacidad de hasta 400 personas. Así que no es de extrañar que el Parador tenga tanta demanda: su capilla, la amplitud del establecimiento, su situación privilegiada, sus zonas verdes, su magnífica restauración, etc. Todas esas circunstancias hacen que este Parador sea el lugar ideal para celebrar este tipo de ceremonias. En un sitio así, la boda se convierte sin duda en el día más feliz. Una experiencia inolvidable.
Baiona y su entorno es la zona receptora de turismo por excelencia en esta parte sur de Galicia. Lo es, desde luego, en verano, porque este municipio cuenta con seis playas, y todas ellas con bandera azul. Pero también es un atractivo muy interesante el resto de temporadas. Así lo entienden los viajeros que vienen fundamentalmente desde Madrid, Cataluña, de la misma Galicia y de países como Reino Unido o Alemania. El paisaje, el mar, la gastronomía, las actividades deportivas y culturales, el clima siempre suave de la zona y, desde luego, el propio Parador son activos que funcionan como constantes generadores de visitas.
Y lo mejor es que desde el Parador se puede gestionar el acceso a muchos de esos recursos. Por ejemplo, hay una coordinación con Club de Yates de Baiona y se pueden tramitar travesías en estas embarcaciones, patronadas o no y, por ejemplo, navegar hasta las Islas Cíes. También tienen acuerdos con diferentes empresas de la zona para realizar cicloturismo, deportes acuáticos (piragüismo, surf, Kaysurf, submarinismo, etc.), senderismo, etc. Incluso se puede programar una jornada de introducción a las artes pesqueras yendo a la mar con un barco de pesca, o acudiendo a la lonja del pescado, que es toda una experiencia.
Sin salir de casa
Y para aquellos viajeros que quieran alojarse en el parador de Baiona y se vuelvan perezosos para salir ––cosa que no sería reprochable, desde luego- pueden disfrutar de diferentes tipos de masajes relajantes y terapéuticos, pueden cultivar su cuerpo en el gimnasio, pueden hacer deporte al aire libre en la pista de tenis… o pueden sosegarse en un yakuzi.
Además, el Parador cuenta con dos restaurantes: el propio del Parador, donde se trabaja con una interesante combinación de tradición y vanguardia, y además está un restaurante “Enxebre” orientado a la cocina tradicional gallega y con aire de taberna: es el restaurante La Pinta. Al mando de ambos restaurantes está el prestigioso Chef Pedro Merino
El Sur, el Norte y el Oeste. Todo al alcance de la vista en un enclave privilegiado. Pocos lugares en España ofrecen la posibilidad de contemplar estos tres horizontes en una misma panorámica.
Más información: