Bilbao es una de las ciudades que, con todo merecimiento, más incremento de visitantes está recibiendo en los últimos años. Uno de sus principales atractivos es sin duda la gastronomía, y una forma de disfrutar de ella es visitando el famoso Mercado de la Ribera, donde no solo puedes despertar tu apetito paseando entre los puestos y sus productos de altísima calidad, sino que también después puedes –debes- pasarte por el espacio gastronómico que dese hace unos meses ofrece al visitante la posibilidad de saborear la auténtica gastronomía de mercado.
Texto y fotografías: Manuel Moraga
El Mercado de la Ribera se encuentra en el casco viejo de Bilbao, en plena ría, para más señas. En esa zona viene habiendo actividad de mercadería desde el siglo XIV, aunque el edificio actual data del 1929 y es obra del arquitecto Pedro de Ispizua. Esta plaza de mercado es una joya no solo por el continente, sino también –y sobre todo- por el contenido. De hecho, desde 1990 el Mercado de la Ribera figura en el Libro Giness como el Mercado Municipal de Abastos más completo y es considerado como el mayor mercado en cuanto a número de comerciantes y puestos. Desde hace mucho es, por tanto, visita obligada para todo viajero amante de la gastronomía.
Pero desde agosto de 2015, el Mercado de la Ribera tiene además un espacio gastronómico propio que permite pasar de las palabras a los hechos o, en este caso, del puesto al plato. Y no es una exageración, porque el maestro Hung Fai (sí, sí, el televisivo cocinero de “Oriental y tal” en Canal Cocina, que ahora tiene su negocio en este espacio) te puede preparar lo que tú hayas comprado en cualquier puesto unos minutos antes. Además, por supuesto, tiene sus propios platos de fusión vasco-oriental como sus mejillones a la brasa o, si eres más clásico, puedes pedirle un suculento chuletón de buey, también a la brasa, claro.
Pero uno no puede pasar por el Mercado de la Ribera sin probar uno de los pinchos más representativos de Euskadi: la Gilda, famoso aperitivo que por estos lares se conoce también como piparra, es decir, que el pincho toma aquí el nombre de uno de sus ingredientes fundamentales: la guindilla o, en euskera, piparra. Hace unos años publicábamos es esta misma revista un artículo sobre una de las mejores tabernas de “piparras” del mundo, El Bodegón, en Barakaldo, fundado por el riojano Lorenzo Grijalba –al que todo el mundo llama Loren- hace más de 50 años. Pues bien, una de las tascas del espacio gastronómico del Mercado de la Ribera se llama La bodeguilla y la regenta otro Lorenzo Grijalba, hijo del mítico Loren. La bodeguilla tiene diseñadas más de 30 clases diferentes de piparras: además de las clásicas con aceituna o con pepinillo (y anchoa, por supuesto) las puedes encontrar de jamón, de queso, de anchoa en vinagre, de gambas… Desde luego, esta parada es obligada.
En este mismo espacio también hay tabernas que ofrecen los clásicos pinchos (Torti-Ya), las tradicionales croquetas (Zubiburu ofrece hasta 18 clases diferentes), el siempre apetecible jamón ibérico (Iberico by Gu 2), una surtidísima cervecería internacional (Arambari), una brasserie con todo su fundamento (Brasserie la Ribera), un excelente marisco (Amua by Zarate), los excelentes pulpos, mejillones y oreja a la gallega de Lorez Etxea, e incluso un local especializado en woks (Mister wok), además de un establecimiento para los amantes de las frutas, los zumos o los helados, como es Four Sea Songs.
Hay que destacar también que el espacio gastronómico del Mercado de la Ribera tiene una estupenda terraza sobre la mismísima ría de Bilbao, de tal forma que uno puede pedir su bebida y su comida, y salir a tomarla a este lugar privilegiado.
No hay nada más sugerente gastronómicamente hablando que recorrer esa joya que es el bilbaíno Mercado dela Ribera, con sus pescaderías sus carnicerías, sus puestos de las aldeanas, etc. e inmediatamente, bajo ese mismo techo, tomas unos pinchos, o comer, o cenar en su espacio gastronómico. Todo un lujo que tanto el viajero como el residente no deberían perderse.