Es inevitable volver de vez en cuando a la Ribera del Duero para seguir los pasos de los Mejores Vinos de España. Y esta vez lo de ‘seguir los pasos’ tiene un sentido muy especial. Una de las grandezas del mundo vino es el margen que da a la imaginación cuando hay disposición a utilizarla. Afortunadamente en nuestra búsqueda de vinos con personalidad nos vamos encontrando bodegueros románticos que se desvelan por elaborar el vino que sueñan. Jesús Arbás –que se define como vinatero- responde a este perfil. Desde su bello rincón vallisoletano, rodeado de arte, nos ofrece un vino tan exquisito, sutil, armonioso y elegante como una danza clásica. Estos dos mundos, danza y vino, se encuentran en Rond de Jambe 2012.
Texto: Manuel Moraga
Fotografias: Bodegas Arbás
Rond de Jambe es un paso de danza, que literalmente significa giro de pierna. Este nombre tan poco usual en el mundo del vino se debe a la estrechísima vinculación de la bodega con el mundo de la danza: la esposa de Jesús Arbás es nada menos que la gran bailarina y coreógrafa vallisoletana Mayte Bajo que en su intensa carrera destaca el haber sido intérprete principal de compañías como el Ballet Nacional de España, el Nuevo Ballet Español, las compañías de Miguel Ángel Berna o Joaquín Cortés, amén de haber defendido sus propios espectáculos o de ser artista invitada en acontecimientos como el 75 aniversario de Maya Plisestkaya, en el teatro Bolshoi de Moscú. De ahí, pues, el nombre del vino y de ahí también que la bodega cuente con una sala de danza dedicada a Mariemma, la emblemática maestra vallisoletana con la que se inició Mayte Bajo y que precisamente este 2017 se celebra el centenario de su nacimiento. Con este motivo, Jesús Arbás ha realizado una cosecha especial cuyas botellas serán las que se descorchen en el acto principal de este acontecimiento.
Jesús Arbás tiene la bodega en Piñel de Arriba (Valladolid), que es una de las áreas más prolijas en grandes vinos de la Ribera del Duero, ya que está cerca de Pesquera o Peñafiel, pero en este caso con una particularidad: el viñedo se encuentra en la zona más alta de la ribera vallisoletana, a 860 metros de altitud. El clima es absolutamente continental, con inviernos muy fríos, veranos cortos y muy calurosos, y con importante bajada de temperatura durante la noche. En estas condiciones prácticamente la única variedad que puede dar resultados interesantes es la tempranillo “se han hecho algunas pruebas con cabernet sauvignon y con syrah, pero no acababan de madurar bien. Por eso nosotros solo tenemos tempranillo, con cepas muy viejas, algunas de ellas centenarias”, comenta el bodeguero.
Esa variación de temperatura entre el día y la noche en verano puede llegar a suponer hasta 20ºC de diferencia y esa es una de las claves de la calidad de la uva ya que influye en la óptima maduración de todos sus componentes. Es decir, hay un equilibrio en la maduración de la uva en todos sus aspectos. Añadamos que, en este caso, la mayoría del viñedo está en laderas, con suelos más calizos en las zonas más altas que se van volviendo más arcillosos según se pierde altitud. Y en cualquier caso son suelos muy pobres que determinan producciones bajas pero de una gran calidad. Una calidad que Jesús Arbás quiere mantener a toda costa y para ello no duda en hacer los vinos más naturales posibles “no añadimos ni levaduras, ni bacterias, ni corrector de acidez: son vinos naturales. Solo hacemos una mínima corrección del sulfuroso”, lo cual obliga a llevar un cuidado extremo con el viñedo, al que Jesús Arbás mima con metodología biodinámica.
La vendimia, por supuesto, es manual en cajas pequeñas. Incluso parte del despalillado también se hace a mano y en cualquier caso siempre sin estrujar la uva. Se hacen fermentaciones por separado (por parcelas principalmente) y después pasa a barricas (de roble francés con tostados medios y de 1 ó 2 años) donde permanece 12 meses. Hay que decir también que al bodeguero le gusta recorrer los distintos caminos que le ofrece la enología actual: desde la clásica barrica de roble francés hasta el moderno depósito ovoide. Caminos que buscan siempre el máximo respeto y la mínima agresividad: “No me gustan los vinos muy maderizados. Mi meta es conseguir vinos que sobre todo sepan a vino. Ahora se están haciendo muchos vinos casi a la carta: con determinadas levaduras se puede hacer vino que sepa más a fresa o más a vainilla, etc. Lo que yo quiero conseguir es la fruta. De la madera busco principalmente su crianza, su estabilización, la doma que la madera hace al vino. Pero considero que para ese objetivo basta con tenerlo 12 meses en la barrica es suficiente, al menos para obtener el vino que me gusta a mí”, asegura Arbás. Una vez embotellado el vino pasa como mínimo otros 16 meses en la bodega antes de salir al mercado.
Con Rond de Jambe Jesús Arbás demuestra que dentro de las similitudes que pueden existir dentro de una DO e incluso dentro de una misma zona, siempre existe un margen para la personalización, es decir, para hacer de cada vino una experiencia única, diferente: “Mi objetivo es elaborar una auténtico vino de finca, un vino de este espacio en concreto con la uva autóctona, pero de una zona muy concreta. A mí me gusta ir a la ribera burgalesa y a la ribera soriana y que sus vinos se identifiquen con esas zonas: y nosotros buscamos un vino de nuestro espacio, con nuestra idiosincrasia. Por eso no añadimos levaduras ni levaduras, para respetar el terroir. Queremos que cuando alguien pruebe una de nuestras botellas sepa cómo es el vino de nuestra zona: un ribera, sí, pero que nos identifica como terroir y como bodega. Buscamos un auténtico vino de aquí”, argumenta el vinatero.
Un vino “de aquí” que enamora a visitantes de todas partes del mundo, sobre todo norteamericanos, que son unos de los visitantes más numerosos en la bodega y que deben quedarse maravillados de pisar el viñedo y de recorrer esa finca antigua de adobe y madera con el típico patio castellano. Jesús Arbás ejerce de magnífico anfitrión introduciéndoles en la esencia de lo que es un vino natural: “les doy a probar vinos de diferentes depósitos, también de alguna barrica para que vean la diferencia, además de la cata en botella. Quiero que vean la idea del proceso, que lleva mucho trabajo y mucho cariño. Y que vean cómo todo tiene una relación con el entorno. Al final trato de que disfruten del vino y lo amen”.
¡Y vaya si terminan amándolo! Con su riguroso trabajo prácticamente artesano Jesús Arbás ha conseguido que lo natural se abra paso en un mundo dominado por los la ingeniería de los laboratorios y desde estas páginas le damos la enhorabuena por la reciente Medalla de Bronce que Rond de Jambe 2012 ha conseguido en los prestigiosos Texon International Wine Awards.
Nuestra experiencia de cata
Disfrutar de Rond de Jambe es toda una experiencia. La primera impresión aromática es de fruta, que después se va matizando con especias, lácteos, cacao y, al final, el mineral. Complejo y muy armonioso. En boca, tres cuartos de lo mismo: Tiene un paso muy suave, los taninos están muy pulidos y a pesar de ser un Ribera del Duero tiene un punto muy interesante de frescor. El bodeguero habla de vino natural y realmente es una sensación que está presente todo el tiempo. El resultado es un vino muy equilibrado, muy redondo y muy armonioso que se poder tomar en cualquier situación. Jesús Arbás demuestra con Rond de Jambe que a la hora de elaborar un vino no solo hay sitio para la personalidad: también lo para la poesía, que es el arte de lo sutil, del trazo fino, de los matices, de los detalles. Y ese tipo de sensibilidad también está en este vino, por eso enamora desde el primer momento. Y por todo ello nosotros lo consideramos uno de nuestros Mejores Vinos de España.
¡Salud!
El equipo de recreatuviaje.com realiza la sección ‘De Vinos’ en el programa ‘Degustar España’ dirigido por Paloma Zuriaga en Radio 5 Todo Noticias (Radio Nacional de España) los sábados de 12:05 a 12:30.