Mejor vino blanco gallego en la XXVI cata de los vinos de Galicia, primer puesto en el ranking que la aplicación Vivino publicó en el mes de enero sobre los vinos mejor valorados de España de menos de 15 €, Oro en el Concours Mondial Bruxelles, Plata en Mundus Vini, Plata en los Bacchus, Medalla de Oro en la Guía de Vinos Xtreme 2015… Está claro que la casualidad no tiene mucho margen aquí. En la bodega Quinta de Couselo saben lo que hacen con el vino del que nos ocupamos ahora: el Quinta de Couselo. Nosotros catamos el 2015.
Texto: Manuel Moraga
Fotografías: Bodega Quinta de Couselo
Nuestro vino pertenece a la DO Rías Baixas y dentro de ésta, los viñedos del Quinta de Couselo se encuentran en la subzona de O Rosal, en el estuario del río Miño. De hecho, una de las dos fincas de las que procede limita con el río Tamuxe, que es el último afluente del Miño antes de llegar al mar. Así pues, tanto el mar como el propio Miño van a conferir una personalidad muy singular a este vino ya que las circunstancias climáticas propician que las variedades albariño, caño blanco y loureiro (que son las principales de este vino) alcancen su máxima expresión. Aunque el invierno suele ser húmedo y lluvioso, la primavera y el verano vienen con muy escasa o nula pluviometría, de tal forma que la humedad ambiental, la perfecta insolación y la ausencia de lluvia hacen que las variedades alcancen su grado óptimo de maduración.
También los suelos dejan huella en el Quinta de Couselo. Como comentábamos, este vino procede de dos fincas: una es la mencionada que da al Tamuxe (finca La Quinta) y que tiene canto rodado, lo que propicia una maduración larga y equilibrada. La otra está a unos 500 metros de distancia, pero tiene ya una ligera altitud (50 metros sobre el mar) y, sobre todo, un suelo granítico y pizarroso que aporta mineralidad al vino.
Como mandan los cánones en la zona, Quinta de Couselo está elaborado con albariño (90%), caíño blanco (5%) y loureiro (5%). Las cepas de la finca La Quinta tiene más de 35 años. De hecho, esta finca tiene una larga historia vitivinícola: la propiedad estuvo en manos de los monjes cistercienses desde el año 1164 que la tenían como granja de descanso donde elaboraban sus vinos y sus licores hasta la Desamortización de Mendizábal. Unos años después, en 1864, la finca fue comprada por Don Casimiro Dorado y Méndez, que mantuvo la tradición vitícola hasta nuestros días. Así pues ha sido siempre un paraje idóneo para este cultivo y también para realizar las visitas enoturísticas que también propone la bodega . Tras sucesivas reposiciones de plantas, las actuales tienen –como decimos- una edad media que supera los 35 años.
La forma de cultivo es la tradicional en ese espacio, es decir, el emparrado y “el trabajo fundamentalmente es el respeto por la naturaleza y por la tradición. Por eso es muy importante para nosotros el cultivo en emparrado. En nuestro caso lo tenemos a 1’80 mts de altura, de tal forma que permite perfecta la ventilación cuando entran las nieblas del mar”, nos explica José Manuel Martínez Juste, el enólogo de la bodega, “así la tierra puede secar en poco tiempo y los racimos se encuentran perfectamente aireados. Además, una de nuestras características es que aumentamos en la parra la densidad de plantación poniendo dos plantas por poste guiadas después en un cordón alto para formar la parra (lo que se llamaría una espina portuguesa) de tal forma que favorecemos que haya competencia entre las plantas”, nos comenta José Manuel.
Con el emparrado, obviamente la vendimia es manual: se lleva a cabo en cajas de 15 kilos máximo. De esta forma ya se realiza una primera selección. La segunda se hace en la bodega sobre mesa de selección vibratoria para que la calidad de la uva que entre en los maceradores sea siempre la máxima posible. A todo esto, una premisa de esta bodega es que no ha de pasar más de una hora desde que se corta la uva hasta que ésta entra en bodega. Una vez allí, la fruta pasa a cámaras de frío para bajar la temperatura a 5ºC. A esa temperatura pasa a la mesa de selección y de ahí, como comentábamos, a los maceradores. En ellos, la uva pasa entre hora y media y tres horas. A continuación se prensa y se lleva a depósito para desfangado estático durante 48 horas y ese mosto virgen es el que se lleva a fermentación: “Todos son procesos muy naturales y muy entroncados con la forma de elaboración tradicional de nuestros antepasados”, matiza el enólogo. Finalmente, tras unos 15 días de fermentación, el vino se trasiega para dejarlo limpio y se deja con sus lías finas 6 meses. Tras el coupage y la estabilización por frío, el vino se embotella.
Esa forma de entender el trabajo en el viñedo y en la bodega responde a una finalidad muy clara que nos comenta José Manuel Martínez Juste: “buscamos que haya un reflejo de la variedad, de la climatología y también de la tradición. Una tradición que nos llega de muchos años, incluso de siglos. Nosotros somos herederos de esa tradición. Por eso somos muy respetuosos con la forma de elaborar de la zona, además de aportar lógicamente nuestro conocimiento y la tecnología, pero respetando siempre la tradición para que el vino nos recuerde siempre al vino del Rosal, que al fin y al cabo le ha dado un nombre mundial al municipio y a la comarca”.
Nuestra experiencia de cata
Frente a la artificialidad y exotismo que a veces observamos en algunos vinos de esta DO, el Quinta de Couselo 2015 destaca por todo lo contrario: la naturalidad. En nariz es intenso pero elegante: notas cítricas, algo salino, floral y frutal. Y sobre todo, fresco. La boca es una prolongación de esos mismos aromas que se transmiten de forma muy amable, con el frescor justo, un cierto volumen y una notable persistencia. Tiene la verdadera esencia de ese vino del Rosal artesano y natural que siempre se ha hecho en la zona, pero con el equilibrio, la armonía y la elegancia que resulta de aplicar el conocimiento enológico actual. Ahora que parece que están de moda las frutas exóticas incluso en este tipo de vinos, a nosotros nos encanta encontrar estas elaboraciones tan respetuosas con las variedades autóctonas y con la forma tradicional de entender en vino en la zona. El frescor forma parte fundamental del alma de los vinos atlánticos y el Quinta de Couselo busca y encuentra los matices aromáticos y gustativos sin renunciar a esa cualidad. No nos extraña que Quinta de Couselo esté considerado como uno de los mejores Vinos de España. Para nosotros también lo es.
¡Salud!
El equipo de recreatuviaje.com realiza la sección ‘De Vinos’ en el programa ‘Degustar España’ dirigido por Paloma Zuriaga en Radio 5 Todo Noticias (Radio Nacional de España) los sábados de 12:05 a 12:30.