El Penedés es una de las zonas más privilegiadas para la viticultura. Dentro de esta D.O. se encuentra la reserva del Montmell, un espacio paradisíaco con el que la bodega Can Marlès está desarrollando un compromiso muy especial a través del turismo rural, la gastronomía y, desde luego, la elaboración de sus exquisitos vinos ecológicos. De ellos destacamos esta vez Can Marlés Ull de Llebre 2012, que entre otros méritos, han recibido una Medalla de Plata en el concurso Internacional de Bruselas.
Texto: Manuel Moraga
Fotografías: Can Marlès
Suaves montañas con alternancia de bosque mediterráneo y terrenos de labor. Así es el paisaje de la reserva natural del Montmell (Tarrarona), en el Baix Penedés, donde se encuentra el celler Can Marlès, un proyecto enológico y turístico que tiene como fin dar valor a la comarca. En realidad, el entorno tiene la suficiente belleza como para atraer por sí solo, pero el trabajo de la gente de Can Marlès está dando visibilidad a una zona que bien merece ser conocida. Y si no, que se lo pregunten al matrimonio holandés que hace años se quedaron tan enamorados de la comarca que decidieron montar su propia bodega aquí. Al principio se creó para uso privado, pero la cosa fue cambiando cuando vieron que los vinos ecológicos que elaboraban eran sencillamente excelentes. Por circunstancias personales, este matrimonio holandés tuvo que marcharse y ese fue el inicio de la segunda fase de la bodega, que es la que conocemos hoy.
Los nuevos propietarios compraron más hectáreas para aumentar la producción y se especializaron en tres vinos muy concretos 100% ecológicos: un sauvignon blanc, un chardonay blanco y el Ull de Llebre (tempranillo) que es el que nos ocupa. El primer resultado de esta nueva etapa fue la cosecha 2006 y en este corto espacio de tiempo la bodega ya ha obtenido algunos importantes premios en ferias como Vinum Nature.
Las condiciones de este valle, que se encuentra a 500 mts de altitud, son determinantes, ya que está rodeado de montaña y pinos, con suelos arcillosos, y dando lugar a un microclima muy especial, como nos comenta Lucía Pombo, directora de marketing y promoción de Can Marlès “Tiene una influencia cien por cien mediterránea porque este valle tiene una zona que mira al mar; pero al estar por otros lados protegido por una cadena montañosa, los días de temporal o de mucho viento no llegan a afectar tanto. Verdaderamente aquí tenemos un clima que parece estar pensado para estas viñas. Esa es una de las características de nuestra bodega: el microclima”.
Esas características hacen que la tempranillo tenga un proceso de maduración más largo de manera que todos sus componentes vayan alcanzando su madurez de forma equilibrada. “Este año, por ejemplo, que ha sido muy seco en todo el país, hemos comenzado la vendimia de las otras variedades en septiembre, pero la tempranillo no la hemos recogido hasta octubre, con lo cual ha alcanzado toda su madurez en la viña y hemos sacado una uva de una calidad excelente”, comenta Lucía Pombo
Las bondades de este entorno para el cultivo de la viña ya se conocían desde muy antiguo. Se sabe que en el siglo XI ya había viticultura en el valle. Esa tradición se ha venido manteniendo entre las muchas masías, que contaban –y lo siguen haciendo- con viñedos propios. Y en este entorno mediterráneo no pueden faltar las hierbas aromáticas como la frígola o el romero “Al ser vinos ecológicos –apunta Lucía Pombo- estas hierbas ayudan a que el vino tenga también esos aromas y ese frescor de monte”.
También, obviamente, el trabajo en el viñedo solo puede hacerse de la forma más respetuosa posible: por ejemplo, buena parte del abono que se utiliza es de alpaca y además Can Marlès cuenta con un pequeño rebaño que proporciona un abono único para las viñas. Y, desde luego, evitan al máximo la motorización: “los recorridos los hacemos a caballo o a pie. No utilizamos nada de química para proteger las plantas La vendimia se hace a mano, al igual que la clasificación de la uva”. Tras la fermentación en inoxidable, el vino pasa de 6 a 8 meses en barrica de roble francés de la mejor calidad: “Nuestra filosofía es la pasión. Nos entusiasma el vino y nos entusiasma nuestra tierra. Vale la pena conocer el Montmel porque es cuando se entiende realmente lo que queremos transmitir. El lugar es tan natural y tan especial que lo que hacemos a través del vino es compartirlo. Y cuando abras una botella y te sirvas una copa y te venga ese aroma de fruta madura, te va a llevar a este lugar. Al fin y al cabo, lo que nos gusta es el lugar, queremos promocionar la tierra del Montmel a través de nuestros vinos”.
Vino y cultura
Can Marlès no solo crea cultura de vino, cultura ecológica y cultura de comarca sino que también está desarrollando un vínculo muy estrecho con la pintura y la música. Por ejemplo, cada añada tiene en su etiqueta un cuadro diferente del pintor abstracto alemán Noah Wunsch. Además, Can Marlès organiza conciertos privados de lírica, jazz, blues, etc. en la propia masía, donde la música suena maravillosamente bien gracias a su acústica privilegiada. Y además podemos asistir a cenas o comidas culturales entorno a la historia, por ejemplo.
Vino y Turismo rural
El vino fue el inicio y sigue siendo la base de Can Marlès, pero según iba creciendo el proyecto, las posibilidades de trabajar por el Montmell iban en aumento: “conforme íbamos adquiriendo parcelas nos aparecía alguna masía abandonada, en ruinas, pero preciosas. Buscando documentación hemos visto que datan de entre 1500 y 185 aproximadamente, y cada una tiene una historia y un alma. Y nosotros, como apasionados del Montmell, teníamos que hacer algo con ellas”. Así se fueron iniciando en el turismo enológico rural, restaurando las masías.
También para interactuar con el entorno, Can Marlès apuesta por la gastronomía de proximidad y cuentan para ello con la ayuda de un gran enamorado del Montmell, el gran Chef Sergi de Meià, uno de los propulsores de la cocina de km. 0, que tiene su propio restaurante en Barcelona, pero que se acerca también a la bodega para disfrutar de los productos y hacer disfrutar con ellos a los clientes: “No tenemos carta, sino que trabajamos sobre lo que le apetece al cliente dentro de lo que es la gastronomía de proximidad”, afirma Lucía Pombo.
Y es este proyecto no podían faltar las rutas (ruta de las masías del S.XIV al S.XVII, subida al castillo, la ruta del Cister, de los pueblos, etc.) o los paseos a caballo, aunque también hay opciones tan diferentes como interesantes, a saber, espeleología, paseos en globo, visita a granjas del famoso pollo del Penedés o el conocer in situ un rebaño de alpacas originarias de Perú y perfectamente adaptadas a este entorno. Se trata en definitiva, de vivir el Montmell en todas sus posibles dimensiones.
Nuestra experiencia de cata
Desde luego este Can Marlès tempranillo es muy especial. Ya solo el color picota muy oscuro da una idea del alto grado de maduración del hollejo y sus componentes. Los aromas también van por ese camino: es fruta roja muy intensa redondeada por una madera muy elegante que le aporta también algún toque especiado y a vainilla. Pero sobre todo es hierbas: hierbas aromáticas que salen por todas partes. Es bosque mediterráneo puro. En boca tiene muy buen paso porque a pesar de esa media crianza, estamos ante un vino muy fresco. Can Marlés 2012 Tempranillo es, para nosotros, uno de nuestros mejores vinos y, sin duda, una excelente forma de enamorarse de los vinos del Penedés
¡Salud!
El equipo de recreatuviaje.com realiza la sección ‘De Vinos’ en el programa ‘Degustar España’ dirigido por Paloma Zuriaga en Radio 5 Todo Noticias (Radio Nacional de España) los sábados de 12:05 a 12:30.
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