“Cantabria Infinita es un canto a la heterogeneidad”
Manuel Moraga / fotos: López Marcano
Es el norte que a muchos viajeros les queda por descubrir. Y se sorprenderán de sus pasajes, de sus contrastes, de su luz, de sus cimas, de sus cuevas, de su mar, de su gastronomía, de su cultura, de su tradición, de su modernidad… Todo eso, entre otras muchas cosas. No es extraño que el lema de Cantabria en todas sus acciones de promoción sea “Cantabria Infinita”: una idea que explica y defiende Francisco Javier López Marcano. Consejero de Tutismo, cultura y Deporte de Cantabria.
El lema “Cantabria infinita” es de su cosecha o recoge ahí una herencia?
Sí, “Cantabria infinita” es un lema promocional que di por bueno contando con mis colaboradores en 2003, el primer año de mi legislatura como responsable de turismo.
¿Qué quiere es lo que se quiere transmitir con él?
Cantabria Infinita es un canto a la heterogeneidad, un resumen de la diversidad de la oferta que tiene Cantabria y que nos convierte en un muestrario turístico de cuanto ofrece España en las 16 comunidades autónomas restantes, más las dos ciudades autónomas independientes, lo tenemos en Cantabria condensado y concentrado en un territorio agradable, amable y acogedor, y lejos de ser un ejercicio de altanería por la plenitud del adjetivo, es un ejercicio de condensación y de síntesis así como un credo en las enormes posibilidades y las ingentes fortalezas que tiene esta tierra.
Cuando le propusieron llevar las directrices del turismo en Cantabria ¿asumió planteamientos anteriores o prefirió definir nuevas líneas?
Un poco de todo. Lo anterior no es malo necesariamente por ser antiguo. Hay cosas que resultaron aprovechables y otras que, como todo aquel que se inicia en responsabilidades públicas, tiene que pasar por la aportación de ese sello personal y del colectivo al que perteneces. Yo me lo planteé como si se tratara de renovar el lenguaje turístico mezclando recursos, productos, promoción, e intensificando las presencias y las tareas de comercialización, que supongo que sea un planteamiento general, pero que luego la práctica y el día a día van marcando sus diferencias.
“Cantabria es un museo y Cantabria es naturaleza”
Centrándonos en las comunidades de la cornisa, quizá Asturias o el País Vasco les llevaban la delantera. En el caso asturiano porque ellos fueron pioneros en turismo rural, pero también por eso Cantabria puede tener un recorrido mayor al poder presentar a los potenciales turistas unos recursos que quizá no conocían hasta ahora.
Históricamente nos llevaban ventaja prácticamente todas las comunidades, pero en los últimos años hemos mermado esas diferencias, y en algunas cosas estamos a la cabeza. Y lo que digo es de aplicación para el turismo rural, para el Camino de Santiago, para muchos mensajes y productos turísticos. Creo que los tiempos han cambiado hasta el punto de que por abusar de ese ejemplo que usted mencionaba, le puedo decir que tenemos 516 alojamientos de turismo rural, en el 1% del territorio del reino de España y su calidad patrimonial es innegable hasta el punto de que de esos más de 500 alojamientos, 49 pertenecen a un club selecto de calidad: son alojamientos ubicados en casonas, en palacios en los que el patrimonio ambiental y la riqueza arquitectónica se conjugan como muchísima armonía. Nos dedicamos a mermar esas diferencias cuando existieran y a poner en valor todas nuestras posibilidades con esfuerzos de comercialización y de promoción que no se corresponden con la realidad demográfica y geográfica de nuestra tierra, sino que van muy por encima de nuestras posibilidades en esos ámbitos
Un concepto muy atractivo es el de “las otras sixtinas” ¿Qué son?
Es un ejercicio de atrevimiento por mi parte. Las otras sixtinas ha sido el lema que hemos utilizado para dar a entender que afortunadamente en el mundo hay otros techos mágicos además de la Capilla Sixtina de Miguel Ángel, Nosotros contamos con otros diez techos que son los de esas cuevas con arte parietal, con arte rupestre que han sido declaradas por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. La primera, Altamira en 1985, y las nueve restantes en julio de 2008. Esos techos mágicos son las otras capillas sixtinas en las que nace el arte occidental. Ya sé que el arte nace simultáneamente en otros muchos lugares, pero algunos de esos lugares son nuestras diez cuevas con arte paleolítico. Es como si la Unesco hubiera calificado a los cántabros y nos ha puesto un 10 por estos techos mágicos de las otras sixtinas.
“El presidente Revilla es nuestro mejor activo promocional. Y a mi me corresponde el inmenso honor de ser su escudero”
Así que en Cantabria se puede disfrutar de su mar, de su cielo, de su monte verde… y también de su subsuelo…
Sin duda… Y como dice, también tenemos mar. Tenemos 227 kilómetros de cornisa, de litoral, con 76 playas de arenas blancas y de aguas transparentes, y una costa escarpada y abrupta que desde el oriente hasta el occidente ofrece parajes de muchísimo interés. Es decir, tenemos todos los activos, todas las fortalezas de una concepción turística tradicional o más o menos convencional y luego todo eso lo aderezamos con un patrimonio subterráneo y arquitectónico, tanto civil como religioso y paisajístico que contiene nada menos que 37 espacios protegidos con distintos regímenes de protección. Un muestrario, en realidad.
Una de las apuestas de Cantabria es la candidatura de Santander a la Capital Europea de la Cultura 2016, que es una “lucha” bastante reñida ¿cuál es el argumento estratégico de Santander?
Es una pugna reñida porque competimos con ciudades que son patrimonio de la humanidad, pero nuestro punto fuerte es la ciudad del conocimiento. Conviene recordar que estamos hablando de la ciudad en la que tiene su sede la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, que tiene su Festival Internacional de Música, la Universidad de Cantabria, la programación del Palacio de Festivales, los cursos de verano, el concurso de piano Paloma O’Shea, y en definitiva, un dinamismo cultural importante que hace que estemos muy relacionados no solo con los países hispanoparlantes, sino también con otros países que convierten a esas instituciones en una cita ineludible en los meses de verano. Esta ciudad del conocimiento es algo que nos interesa promocionar y, sobre todo, gestionar en beneficio de todos.
Cantabria ha ido rompiendo barreras, sobre todo en las comunicaciones, porque hasta hace poco casi era un problema entrar en Cantabria.
Sí, ahí ha habido un giro casi copernicano. Eso no significa que lo tengamos todo hecho. Todavía nos quedan reivindicaciones y necesidades importantes: desde la finalización de la autovía del Cantábrico en torno al año 1996, hasta la práctica finalización de la Autovía de la Meseta (que en territorio cántabro está finalizada desde hace un año) y hasta la transformación increíble que ha experimentado nuestro aeropuerto, que de ser un aeropuerto provinciano con dos conexiones (a Madrid y Barcelona) ha pasado a transformarse en un aeropuerto con prácticamente una veintena de conexiones con ocho ciudades españolas y con ciudades europeas como Frankfurt, Londres o Roma. Es un aeropuerto cosmopolita que ofrece facilidades a los visitantes. Eso ha justificado nuestro crecimiento en turismo extranjero y también ofrece posibilidades a los cántabros que viajen a eso lugares que en otra época cercana era muy complicado y más caro.
“Es como si la Unesco hubiera calificado a los cántabros y nos ha puesto un 10 por estos techos mágicos de las otras sixtinas”
Otras líneas estratégicas en Cantabria son el concepto Salud o el concepto Turismo Verde.
Además de las otras sixtinas, en mi primera comparecencia en el parlamento señalé como objetivos dos conceptos: Cantabria es un museo y Cantabria es naturaleza. Para responder al primer concepto y ponerlo en práctica vamos diseñando una tupida red de museos que van desde los museos de la ciudad de Santander hasta todos los museos atomizados repartidos por otros municipios de la geografía que nos ayudan a comprender muchísimo mejor nuestra historia y sobre todo a explicarla mejor a quienes nos visitan. Estos museos van desde el mueso románico hasta el museo de las ermitas rupestres, pasando por arqueositios de interés como Cabeza Rebolledo, como la ciudad romana de Julióbriga, o como el museo de los siglos altomedievales en Liébana y otros en los que estamos trabajando. Y en el segundo concepto, conviene reseñar esos 37 espacios protegidos, que van desde parques nacionales hasta parques regionales pasando por zonas de marismas y en definitiva, una región en la que el medio ambiente y el patrimonio paisajístico y la diversidad son ejes básicos.
¿Qué le recomendaría de la gastronomía cántabra a alguien que no conozca los proiductos de esta comunidad autónoma?
Pues como le decía, Cantabria en un muestrario, y tenemos una gran variedad de productos de primera calidad y con una muy buen a relación calidad/precio. Por ejemplo, los pescados, los mariscos de ese mar bravo que convierte al propio mar en el gimnasio de los peces… Están también las carnes de las tierras altas, la repostería y en definitiva, una conjunción que aderezada con nuestras características geográficas y climáticas seduce y provoca elevados grados de satisfacción.
Tienen ustedes un presidente que es un auténtico embajador de Cantabria porque no hay ni un solo español que no sepa quién es Miguel Ángel Revilla, cosa que no puede decirse de otros presidentes de comunidades autónomas.
Sin duda, el presidente Revilla es nuestro mejor activo promocional. Y a mi me corresponde el inmenso honor de ser su escudero. Nuestro presidente tiene una fuerza mediática que va en relación directa a su capacidad de entusiasmar, y a su capacidad de hablar con pasión de las cosas en las que cree. Yo intento hacer lo mismo, pero hay que reconocer que su capacidad mediática y su fuerza disuasoria son poco comunes. Hemos pasado épocas en los que otros presidentes de Cantabria daban mucho menos que hablar, eran desconocidos y esta otra situación es un lujo. Ese es un éxito que la sociedad de Cantabria le tiene que reconocer y agradecer.
Se suele decir que los cántabros oyen crecer la hierba ¿qué significa eso?
Significa que somos gentes de tierra dura. Hemos tenido que hacer esfuerzos para vivir con dignidad a lo largo de los siglos. Nuestros antepasados tuvieron que salir de esta tierra complicada y hemos participado en muchos movimientos migratorios. En los siglos medievales poblaron los ríos de España, desde la primera repoblación del Duero hasta la repoblación del Guadalquivir. Hay presencia cántabra en Sevilla, en Cádiz, en San Fernando, en el Puerto de Santa María, en toda la baja Andalucía pero también en otros territorios están también los indianos que desde el siglo XVI hasta la actualidad pueblan muchos lugares de la América hispanoparlante. Y hemos aguzado el ingenio para salir de esas situaciones. Somos gentes apegadas a la tierruca, pero también ciudadanos del mundo que demostramos ser acogedores, hospitalarios y en una civilización como la nuestra y en un momento en que vivimos en el que nadie se duerme en los laureles, nosotros formamos parte de esa gentes con ese mimetismo y esa identidad a la tierra a la que vemos, olemos y oímos crecer. Procuramos estar en guardia y responder para superar las dificultades.