Hay otras formas de disfrutar del mar y, a menudo, más divertidas que pasa las horas achicharrándose al sol. Desde Calahonda (Granada), Antonio Matas y Carmen Aldaya, de la Escuela de Buceo Dardanus, nos invitan en este artículo a descubrir los fondos marinos… incluso de noche.
Texto: Juan Antonio Matas Castaño
Fotos: Carmen Aldaya Valverde
Calahonda está situado en la costa Tropical Granadina a 10 kilómetros de Motril y a 83 kilómetros de la ciudad monumental de Granada. El pueblo se formó en torno a su puerto. Las principales huellas que se conocen son del siglo XIX como la construcción, a finales de este siglo, de la Iglesia del Carmen.
El propio nombre de Calahonda evoca una profunda relación de este pueblo con un entorno submarino que pasa, muchas veces, desapercibido para el visitante. La gran piedra que enmarca el embarcadero caleño, la formación natural más emblemática de este pueblo, marca el inicio de un acantilado de aguas profundas y limpias que se dirigen varios kilómetros en dirección Este.
En estos fondos marinos la vida se desarrolla en todo su esplendor: de colores vivos y formas extrañas, diferentes maneras de vida se van agregando en un aparente desorden, que sin embargo, guardan las normas que regulan el equilibrio en los ecosistemas del planeta. Las aguas situadas entre Calahonda y Castell de Ferro, están consideradas como Zona de Especial Conservación (ZEC); se incluyó en la lista de LIC de la región biogeográfica mediterránea por Decisión de la Comisión Europea de 19 de julio de 2006 y se declaró ZEC por medio del Decreto 369/2015 del 4 de agosto.
En los hábitats marinos están tres de las cuatro especies de fanerógamas marinas europeas que se recogen en el listado comunitario de especies silvestres con protección especial. Igualmente, también está la lamprea marina y lapa ferruginosa, único molusco de las costas españolas en peligro de extinción.
Se establecen medidas especiales de protección, basadas en la presencia de especies en peligro de extinción, que son de alto valor biológico, sobre todo para la recuperación de alevines de especies que se convertirán en base de la actividad pesquera.
Por tanto, es recomendable descubrir estos fondos marinos, objetivo de buceadores y fotógrafos submarinos que utilizan esta zona para actividades de investigación de la biodiversidad marina.
Los bancos de salemas pasan entre las piedras cubiertas de algas, alguien ha dicho que estos animales son las ovejas del mar. También son frecuentes encontrar peces en los acantilados, las morenas y los congrios, igualmente es un hábitat habitual de los pulpos, que aprovechan la cercanía de su principal alimento: las almejas enterradas en la arena. Se puede apreciar que los seres vivos convivan en equilibrio, aprovechando mutuamente los recursos y condiciones creados por su coexistencia, y exploten su entorno de una forma sostenible.
La Escuela de Buceo Dardanus está totalmente implicada en estos fondos marinos. Hemos estado formándonos y trabajando en Utila (Honduras), Playa el Carmen (México), Koh Tao (Tailandia) y Baleares, adquiriendo al final una importante experiencia. Además, complementamos nuestra oferta con la realización de cursos de conservación marina y recuperación de flora y fauna de la zona, impartidos por biólogos con gran experiencia internacional como la portuguesa Magdalena Cabral, que ha trabajado en proyectos WSORC (Whale Shark and Oceanic Research Center). Todos los cursos se imparten en español y en inglés.
Buceo nocturno
Mágicamente, un mundo que creías conocer, se convierte en algo muy diferente cuando puedes ver todo un nuevo elenco de criaturas resaltadas por tu linterna de buceo. El buceo nocturno es también intrépido y una manera estupenda de ver el mundo subacuático bajo una luz nueva o la ausencia de ella. Llegando a desear que tus horarios favoritos bajo el agua pasen a ser después de la puesta del sol.
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