No hay nada más gratificante en un vino como que sea capaz de expresar su origen y, además, lo haga con poesía. Lo primero puede parecer obvio –aunque en realidad no lo es tanto en un mundo que mayoritariamente persigue la estandarización- y se puede conseguir a través del conocimiento. Para lo segundo hay que tener una sensibilidad especial. Estas dos características, conocimiento y arte, las encontramos reunidas en Sers Gran Reserva 2009.
Texto: Manuel Moraga
Fotografías: Bodegas Sers
Bodegas Sers están en Cofita, una de las zonas más orientales de la DO Somontano. Cuenta con 12 hectáreas de viñedo propio que se encuentran en la Finca la Morera, una ladera con diferentes orientaciones. Hay plantadas cinco variedades de uva, pero nuestro Gran Reserva se elabora a partir de tres de ellas: Cabernet sauvignon, merlot y syrah. Además, también la bodega tiene parraleta (variedad autóctona del somontano) y chardonay.
Por esas laderas pasó hace millones de años el río Cinca y, dependiendo de la altitud, la composición de los suelos van cambiando: desde más pedregosos a más arenosos “y para este tipo de vino escogemos viñas de las cotas más altas porque la uva tiene una mayor concentración de sustancias que luego reflejarán en el vino”, nos explica el bodeguero Pablo Canales.
Como decíamos, Sers Gran Reserva es una radiografía sensorial del espacio del que proviene: los Pirineos están bastante cerca, a unos 50 km y el clima es el típico del somontano, continental, de extremos, con inviernos fríos y veranos cálidos en los que sobre todo destaca la importante diferencia térmica entre el día y la noche en el periodo de maduración; una oscilación que puede superar los 15 grados. Además, la pluviometría en este espacio concreto es muy baja y en las escasas ocasiones que llueve las precipitaciones son muy abundantes porque suelen presentarse en forma de tormenta. Y finalmente, un elemento presente y decisivo por estos lares es el cierzo. Tan presente está en la vida de las gentes que este vino lleva su nombre: sers en el aragonés antiguo es cierzo .
Hablábamos de conocimiento y eso implica que hay que ser capaz de interpretar perfectamente el suelo, el clima y la planta, y eso es algo que esta familia viene atesorando a lo largo de su historia porque a pesar de que la bodega como tal se fundó hace solo unos 10 años, sus propietarios han sido agricultores y viticultores de muy larga tradición. De hecho, tienen viñedos que rondan los 25 años.
La familia Canales sabe que para elaborar este Gran Reserva es fundamental el trabajo en el viñedo, así que la producción está muy controlada mediante la poda invernal, la poda en verde y, además, “en el envero pasamos por el viñedo a tirar uva: solo dejamos una pequeña cantidad de uva para que la planta concentre en ellas las mismas sustancias que iba a dejar en una cantidad mayor de uva. De esta forma conseguimos un mayor aporte de aroma y de sabor”, comenta el bodeguero. Seguidamente, en agosto se va controlando mucho la maduración de las diferentes variedades porque cada una lo hace en un momento concreto. Y además está el criterio del bodeguero a la hora de determinar el punto exacto que quiere para elaborar ese vino que tiene proyectado en su mente, y en este caso “nosotros preferimos que la uva esté bien madura”. Finalmente, en la vendimia realizan una muy exhaustiva selección de la uva: “para hacer este vino dejamos mucha uva en el viñedo porque solo cortamos aquella que tiene la mayor calidad sanitaria”. Así que al final solo entra en la bodega el resultado de un proceso muy riguroso en cuanto a cantidad y calidad de la materia prima.
Tras la fermentación por separado (por variedades), se hace la crianza en barricas nuevas de roble americano (también por separado) que se prolonga durante dos años y medio. La elección del roble americano está en función del perfil de vino que se quiere obtener: “en este caso nos permite mantener fruta y frescor en vinos que normalmente se consideran robustos y amaderados”, afirma Pablo Canales. En esos dos años y medio que permanece en ellas, el vino está en continua vigilancia para comprobar su evolución e ir estudiando el coupage final: “aquí sí que entra ya el trabajo enológico, en el que lo que va a decidir es el gusto de cada bodeguero. A lo largo de esa larga crianza se van probando las barricas en diferentes momentos del año. Así vamos decidiendo cuáles son las más adecuadas para conseguir el vino que queremos”. Un vino muy especial, porque no se elabora siempre: solo aquellos años en los que la bodega estima que la calidad de la uva y su evolución se ajustan a las exigentes expectativas que debe tener un Gran Reserva como este, que es uno de los emblemas de la casa.
Tras todo ese trabajo tan a conciencia no nos extraña que este Sers Gran Reserva 2009 tenga en su haber un Zarzillo de Oro, varias puntuaciones Peñín por encima de 93 puntos y que haya sido catado por el representante de Parker en España.
Como curiosidad, la etiqueta tiene una rosa de los vientos donde destaca la dirección NO (la del cierzo) y en la contraetiqueta hay un número: la fuerza media (en km/hora) con la que el cierzo sopló en septiembre. E incluso la propia web de la bodega tiene incorporado el sonido de este viento.
Emprendedores del buen disfrute
El mérito de esta familia no termina solo con elaborar buenos vinos, que ya sería bastante, sino que su apuesta va más allá: cuando el mundo rural está en absoluta crisis existencial, los hermanos Canales establecieron un firme compromiso con su entorno y con sus raíces. Decidieron quedarse creando la bodega, apostando por potenciar las uvas características del somontano (como la parraleta) y trabajando por dar valor al medio con una casa rural justo frente a la bodega. Era una antigua casa de labranza de la familia que ellos han restaurado totalmente y junto a ella hay una ermita románica templaria del s. XIII. Su idea es que el viajero pueda disfrutar al máximo del entorno y del vino que, en realidad son opciones que forman parte del mismo concepto porque pocos productos son capaces de expresar –cuando se hace bien- su origen con tanta fidelidad como el vino.
En este empeño, los hermanos Canales son muy proactivos: “Estamos dispuestos a recibir a todo el mundo para que nos conozca en todos los procesos de elaboración para que sepan lo que hay detrás de una botella de cristal y una etiqueta”, comenta Pablo. Y así es, porque el viajero puede conocer a fondo el viñedo (incluso con paseos a caballo), la vendimia, la poda, la bodega, hacer diferentes tipos de cata: con degustación de productos de la zona, catas de uvas y hasta crear su propio vino.
Nuestra experiencia de cata
Al ser un Gran Reserva lo abrimos con cierta antelación. A la vista tiene una intensidad alta. La nariz es espectacular porque no para de expresar matices: fruta concentrada, especias, cacao, monte… Es una complejidad cambiante: las notas aparecen y desaparecen. En boca tiene una entrada potente, pero un paso muy suave. El tanino está muy pulido y sigue predominando la fruta sobre la madera, a pesar de esos 2 años y medio de barrica. En definitiva, un vino elegante que pese a su envejecimiento conserva muy bien su alma joven. Tiene la seriedad que le da la estructura y la madera, pero también la suavidad de la fruta. Por todo ese equilibrio, pensamos que Sers Gran Reserva 2009 es uno de nuestros mejores vinos de España
Por cierto que disfrutando de este vino recordé al gran Django Reindhardt, creador de un nuevo estilo musical, el jazz manouche. A pesar de que le faltaban dos dedos de su mano derecha, Django logró ser uno de los guitarristas más virtuosos de la historia del género. Por esa destreza y por su enorme talento artístico, alguien le bautizó como “el hijo del viento”: una expresión poética que destacaba la capacidad de este músico para poner la técnica al servicio del arte: lo mismo que han hecho en Bodegas Sers con su Gran Reserva
¡Salud!
El equipo de recreatuviaje.com realiza la sección ‘De Vinos’ en el programa ‘Degustar España’ dirigido por Paloma Zuriaga en Radio 5 Todo Noticias (Radio Nacional de España) los sábados de 12:05 a 12:30.