El restaurante soriano La Lobita de Navaleno la primera estrella Michelín de Soria para su puesta de largo nos muestra su cocina en Bilbao
Turismo de Soria a través de su Diputación se presenta en Bilbao para darnos a conocer su oferta turística para los próximos meses. Esta vez además de mostrarnos su riqueza y variada naturaleza, para disfrutarla durante todo el año y su rico patrimonio cultural nos enseñan una de sus mejores joyas y menos conocidas que es su gastronomía de la mano de su reciente estrella Michelín el restaurante La Lobita situado en la localidad de Navaleno. La comida giro alrededor de la trufa negra acompañada de unos vinos excelentes de Ribera de Duero de la bodega Rudeles, esta bodega esta ubicada en Peñalba de San Esteban en los limites de la DO Ribera del Duero.
Texto y Fotos: Kiko Martínez
El restaurante la Lobita es un restaurante familiar que siempre ha destacado por ser un lugar de referencia en el tratamiento de las setas, la caza y la trufa negra. Restaurante de tradición familiar de abuelos a padres y de padres a hijos hasta llegar a la cumbre de la cocina con la chef Elena Lucas la máxima responsable de la actual cocina junto con sus padres Elena y Jesús y su marido el sumiller Diego Muñoz, premio Castilla León 2014, quien fue nuestro maestro de ceremonias a la hora de presentar la carta en Bilbao.
La comida comenzó con un Tartaré de salmón rojo, manzana, fresón y trufa negra de Soria acompañada de blanco «Valdebonita» 2013 cuya caracteristica primordial es su tipo de uva «Albillo» de cepas de más de cien años es el único vino blanco de denominación en Soria. Ideal para este primer plato, destaca su frescor en boca, muy limpio y con ligeros recuerdos a barrica.
La segunda sorpresa fue el huevo cocinado a baja temperatura con virutas de careta y patatas fritas a «su manera» . El siguiente plato fueron unos garbanzos de Pedrosillano con boletus, espuma de choricillo soriano, espolvoreado en la cúspide con piña verde del pinar maridado todo con «Rudeles 23» 2012, un vino equilibrado y fácil de beber.
A continuación tuvimos un toque de pasta con unos raviolis a la «carbonara soriana»
A partir de aquí entramos en la segunda parte del menú. Elena nos preparó un plató que aglutinaba al mismo tiempo monte, mar y huerta, fueron unas cocochas de bacalao acompañadas de trocitos de cardo rojo de Ágreda con crema de almendras y trufa negra, estaba sublime todo esto regado con la «Nación» 2008 un vino con muchos matices a fruta madura. Seguidamente pasamos a la carne con «el jabalí en el pinar» muy suave y untuoso para tratarse de caza y maridado con » El Cuberillo» 2007 la estrella del menú 100 por 100 tempranillo con 16 meses en barrica nueva y de roble francés y más de un año en botella un vino persistente para recordar, fue el vino que más me pareció a los ribera.
Lo más caracteristico de esta bodega es que muchas de sus cepas son anteriores a la filoxera.
Para rematar la comida la chef culminó su obra con el postre un «paisaje dulce» donde predominaba el boletus y los aromas de Castilla. Esta maravillosa comida fue un homenaje a la tierra soriana y al buen hacer de sus gentes.
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