Tanto por motivos profesionales como por puro esparcimiento hemos visitado en los últimos tiempos un buen número de Paradores. Amén de gustos, unos pueden resultar más espectaculares, otros con más monumentales, algunos enclavados en lugares de ensueño… Pero realmente creemos que el de Lorca – enclavado en un yacimiento arqueológico- es uno de los más interesantes de toda la red: su emplazamiento, sus instalaciones, sus vistas, su originalidad, la calidad de sus servicios y su entorno patrimonial son difícilmente superables.

Texto: Manuel Moraga Fotografías: Txusa Karra

Nos encontramos al suroeste de la provincia de Murcia. Desde la parte alta de la ciudad –donde se ubica el Parador- se domina el valle del Guadalentín. La presencia de recursos como agua y minerales y su situación geoestratégica son factores propiciaron que Lorca estuviera poblada ininterrumpidamente desde el Neolítico Final, es decir, desde hace más de 5.500 años. Casi asusta ¿verdad?

Pero de toda esa larga historia, quizá el momento más interesante fuera el de la convivencia de religiones y culturas. En Lorca convivieron las tres grandes culturas que de la península ibérica en los últimos quince siglos, esto es, la musulmana, la cristiana y la hebrea, y el enclave del Parador refleja perfectamente ese encuentro. El establecimiento está ubicado en el Castillo del Sol, antigua alcazaba y lugar declarado Bien de Interés Cultural. Se trata de un verdadero yacimiento arqueológico que fue descubierto durante las obras de construcción del Parador.

Una obra de 10 años

Este Parador es de nueva creación. El reto ya no era solo levantarlo sobre los restos del castillo, sino rescatar, conservar e integrar los hallazgos dentro del mismo proyecto arquitectónico. Esto explica, en parte, la duración de las obras, que comenzaron en 2002. Decimos “en parte”, porque la inauguración habría de retrasarse todavía un año más –estaba previsto para junio de 2011- debido a los destrozos causados por los movimientos sísmicos que tuvieron lugar un mes antes de su inauguración. Finalmente, el Parador de Lorca abrió sus puertas en julio de 2012, y en esos diez años de construcción participaron sucesivamente cuatro arquitectos: Carlos Fernández Cuenca, Carlos Rodríguez Martín y María José Rodríguez Pérez y, finalmente, Francisco Jurado Jiménez.

Restos árabes, cristianos y hebreos

Como decimos, el reto consistió en integrar lo antiguo con lo nuevo: la historia con el presente y hasta con el futuro, ya que tras el terremoto, el edificio fue reformado con criterios antisísmicos, de manera que le queda una larga vida por delante. El resultado ha sido tan ejemplar como espectacular. Incluso el recubierto de elementos antisísmicos se ha realizado con criterios estéticos además de los funcionales.

Uno de los hallazgos arqueológicos más importantes que se realizaron a raíz de las obras del Parador fue una sinagoga del siglo XV, con su respectiva judería. Pero además, en el recinto del Parador podemos encontrar un edificio religioso cristiano -la ermita de San Clemente, del siglo XV-, una puerta califal, una muralla almohade, una mikvé (baños judíos) o un par de casas de gran interés arqueológico.

“Hemos tenido la suerte –comenta Juan José Asensio, director del Parador- de que el arquitecto que finalizó la obra, Francisco Jurado, ha sabido perfectamente integrar los restos, recuperarlos y sobre todo, hacerlos visitables. Ha hecho un trabajo excepcional en la ‘casa 7’ y fundamentalmente en la sinagoga, con esa obra de ingeniería que ha hecho al crearle un volumen de madera recreando el que supuestamente tenía este edificio religioso, y además lo ha hecho de manera nada invasiva, sino suspendiendo todo desde el techo sin tocar para nada los muros de los restos. Uno no se cansa de verlo”.

Sinagoga sin desacralizar

La sinagoga fue abandonada, cayó en desuso y se fue desmoronando poco a poco hasta quedar sepultada. Las excavaciones la han recuperado tal cual estaba, prácticamente intacta. Esto le añade un gran valor, ya que habitualmente, las sinagogas han servido de cimiento para otras construcciones religiosas posteriores: “en este caso no ha sido así y, por tanto, no ha sido desacralizada”, afirma Juan José Asensio. Así, esta sinagoga de Lorca es, al parecer, una de las más importantes de Europa para la religión hebrea, ya que al no haber sido desacralizada es apta para la celebración de todo tipo de ceremonias religiosas.

El viajero hebreo tiene, por tanto, un gran motivo para alojarse en este Parador. En realidad, como comenta Juan José Asensio, “a quien le guste la historia y la cultura solo tiene que darse una vuelta por los alrededores del Parador: seguro que se queda perplejo”.

Antisísmico

El Parador ocupa casi 14.000 metros cuadrados de superficie y a pesar de estar levantado en un yacimiento arqueológico, estamos ante edificio decididamente moderno. Los arquitectos supieron dar con la clave integradora en ese entorno monumental y, sobre todo, han trabajado por la seguridad ante posibles terremotos futuros.

Su fachada antisísmica está recubierta de planchas de “acero corten” metidas unos 20 cm. en la pared y ancladas a la estructura del edificio, de tal forma que hacen de muros de descarga. Además, esos elementos arquitectónicos de seguridad han sido dispuestos también con criterio estético: “esas láminas de acero –subraya el director del Parador- están colocadas en base a la serie Fibonacci: están dispuestas de tal forma que la distancia de la tercera es la suma de la que hay entre las dos primeras. Esta sucesión está muy relacionada finalmente con la proporción áurea”.

Todo un lujo

En cuanto a servicios, estamos en hablando de un 4 estrellas, pero la verdad es que la sensación que se tiene por la calidad de sus servicios es la de una categoría superior a la oficial. El Parador de Lorca cuenta con 76 habitaciones, de las cuales 9 son suites, y 2 más están perfectamente adaptadas a las necesidades de personas con movilidad reducida. La calidad de su servicio de restauración también está perfectamente asegurada ya que tiene al frente de la cocina a todo un experimentado e inquieto chef como es Ginés Navarro. Pero lo que más llama la atención es su impresionante terraza: un privilegiado mirador hacia todo el valle del Guadalentín. Es, sin duda, todo un espectáculo para los sentidos.

Este es también un Parador ideal para convenciones, congresos, bodas, etc., ya que dispone de un gran salón de eventos de más de 500 m2, además de dos salones de unos 100m2 cada uno. Y también hay que destacar su acogedora cafetería, mezcla de decoración clásica y moderna, con un vanguardista techo revestido de madera que protege al viajero del rigor de los calores del verano y de la gran luminosidad del exterior.

Otro lujo más: el agua

Una de las joyas del establecimiento es su piscina y su Spa. Éste último cuenta con piscina lúdica, baños de burbujas, pilas agua fría y caliente, ,dos yacusis, una sauna, un caldarium, un baño de vapor, una pila de hielo, una ducha de sensaciones y una ducha nebulizante. Y como complemento, tres cabinas para masajes, tratamientos de belleza, de relax, y, desde luego, hay que destacar su piscina climatizada cubierta con vistas a los restos arqueológicos y a la ciudad de Lorca y el valle del Guadalentín. Dedicar un par de horas a estos menesteres se hace indispensable en el Parador de Lorca.

Decoración, accesibilidad y medio ambiente

Nos comenta Juan José Asensio que uno de los aspectos que más destacan los clientes es la decoración. No es para menos, porque responde muy bien a las características estéticas del propio edificio y de su entorno. Por ejemplo, encontramos una cuidada simbiosis entre elementos contemporáneos y tradicionales. La piedra y la madera aportan sensaciones especiales: la piedra está presente en el entorno; la madera da calidez. También los colores están muy cuidados y las cristaleras permiten la luz natural en prácticamente todos los espacios.

Destaquemos además que todo el conjunto está pensado desde una perspectiva de respeto absoluto al medio ambiente. Así, por ejemplo, este edificio integra instalaciones de control climático como los paneles de captación solar y sistemas de iluminación de bajo consumo en los que destacan la utilización de bombillas led. Y, como no podía ser de otra forma, el Parador de Lorca también está diseñado para que puedan disfrutar del mismo personas con movilidad reducida.

Desde el Parador de Lorca

Desde luego, el Parador de Lorca reúne todas las comodidades necesarias como para quedarse atrapado dentro. Pero una vez disfrutados sus servicios, invitamos a conocer también la ciudad y sus alrededores. Por ejemplo, es muy famosa la Semana Santa Lorquina, considerada de interés turístico internacional. Asimismo, y a pesar de los destrozos del terremoto de 2011, sigue siendo recomendable darse algunos paseos por la ciudad para disfrutar de su patrimonio cultural y monumental, de sus calles peatonales en el centro, la plaza de España, Ayuntamiento, la calle corredera, el Teatro Guerra, etc.

También puede resultar interesante acercarse hasta Águilas (a 36 Km), cuyos carnavales son fiesta de interés turístico nacional, por no hablar de sus playas. Murcia Capital y Cartagena tampoco quedan lejos, y como estamos en un histórico enclave de comunicaciones, desde Lorca se puede acceder fácilmente al oriente andaluz.

Y si no te apetece viajar, no te preocupes: en este Parador encontrarás toda la comodidad y todos los servicios necesarios para pasar un fin de semana a todo lujo… ¡Y en medio de un yacimiento arqueológico! Eso de integrarse con la historia vida es toda una sensación.

Más información:

www.parador.es/es/parador-de-lorca