Paseamos por una de las bodegas que se conservan todavía en el casco urbano de Jerez. Bodegas Hidalgo es un negocio familiar fundado en 1870 que elaboran vinos de gran calidad. Actualmente es la 5ª generación la encargada su gestión.
Texto: Txusa Karra
Fotografías: Manuel Moraga
La bodega se encuentra enclavada en el casco antiguo de Jerez en un edificio del siglo XIX, al igual que otras muchas que existían en esta zona y que el tiempo las ha alejado de su utilización primitiva como bodega y han cambiado de uso, alguna por ejemplo es un hotel. Pero el amor a la tierra y al vino impregna a esta familia que sigue adelante con la tradición familiar pero adaptada al tiempo en que vivimos.
El objetivo de la familia Hidalgo no es sacar cualquier Jerez, sino sacar un gran vino de Jerez, y eso se hace con trabajo, formación e ilusión. Sabemos que el vino de Jerez es conocido mundialmente desde hace siglos. Se obtiene de las variedades de uva Palomino, Pedro Ximénez y Moscatel siendo el origen, de finos, olorosos, palo cortao… El método de elaboración de vino de Jerez es el llamado de criaderas y soleras. Es lo que se llama una crianza dinámica.
Este sistema se basa en el uso de “botas” de roble apiladas en filas. Periódicamente se saca un porcentaje del contenido de cada una de esas botas para rellenar otras. Las botas se disponen en tres alturas. De las inferiores se saca aproximadamente un cuarto de su contenido para consumo. De la bota de altura intermedia se saca la cantidad que falta en la inferior y se rellena. Y de igual modo la superior con la intermedia. La superior se rellena con vino nuevo. De esta forma se logra un producto uniforme.
Uno de los objetivo de bodegas Hidalgo es en sacar un fino lo más parecido al vino en rama, es decir que el vino conserve al máximo las características que tiene en la bota hasta que llega al consumidor. Para ello hacen un férreo control de todos los procesos hasta que el vino es embotellado. Incluso el proceso de embotellado se realiza en la misma bodega, algo que les diferencia de la mayoría de las bodegas jerezanas. Uno de los frutos de ese proceso lo tenemos con el fino Pavesa, que lleva el nombre de la primera finca de la familia que surtía de uva a la bodega. Este vino es de aroma almendrado característico, punzante y delicado, ligero al paladar, seco y cuyas especiales características son resultado de su prolongado y particular proceso de crianza exclusivamente bajo velo de flor.
Al no sufrir un proceso de estabilización, el fino de bodegas Hidalgo ha de ser conservado en óptimas condiciones, de tal manera que no resulta fácil encontrarlo en los lineales de los supermercados: el bodeguero se niega a que su producto –tratado con esmero durante años- se deteriore y no llegue al consumidor final con las características con las que ha sido pensado. Es, como decimos, un fino en rama. Ese es su gran valor.
Otras delicias de esta bodega son el Marqués de Rodil de la variedad palo cortao, el Villapanés, oloroso viejo, el Gobernador oloroso seco, Santa Ana, Pedro Ximenez de 1861 o los brandys Privilegio e Hidalgo entre otros.
Hidalgo exporta históricamente sus vinos a Europa, EEUU y Japón.
La bodega se puede visitar en grupos previa cita.