Desde estas páginas invitamos a que los lectores viajen y conozcan otros rincones del mundo: calles, casas, plazas, parques…. Espacios constantemente ocupados por gentes. Esta vez, sin embargo, queremos destacar un lugar desaparecido: se lo tragó el embalse de Almendra. Por tanto, nuestro artículo -confeccionado gracias al material que nos ha facilitado la Asociación Argusino Vive- trata más bien de inducir al viaje hacia la memoria de tantos pueblos de España que han corrido una suerte parecida. El final de este viaje ya no son las calles, las casas, las plazas o los parques, sino más bien los recuerdos de las gentes que un día habitaron aquellos espacios. Recuerdos que siguen vivos.

Texto: Redacción y Asociación Argusino Vive
Fosografías: Asociación Argusino Vive

Argusino de Sayago (Zamora) no está en los mapas. No hay ningún elemento arquitectónico ni ninguna edificación reconocible, ni siquiera visible. Únicamente una flecha a través de Google Maps hace referencia a la localización exacta de lo que un día fue el pueblo. El resto se reduce a fotografías, documentos y, principalmente, recuerdos. Esos recuerdos hacen que aunque ya no esté, siga existiendo, al menos para la Asociación “Argusino Vive”.

Hace ya 50 años el progreso forzó la desaparición de Argusino bajo las aguas del embalse de Almendra. Esta población formaba parte de las 52 localidades que componían la comarca de Sayago en la provincia de Zamora. El 30 de septiembre de 1967 Argusino quedó definitivamente deshabitado. Casi medio millar de personas se vieron abocadas a abandonar su hogar y dejar atrás su pasado para emprender una nueva y desconocida vida. Medio millar de historias que, aún hoy, no se han apagado. Unos recuerdos que luchan por mantenerse a flote sobre las aguas que guardan los últimos restos del pueblo.

MAPA DE LA COMARCA

La población de Argusino llegó a tener en 1950 un total de 477 habitantes y 151 viviendas. Apenas cuatro años más tarde se haría oficial lo que hasta entonces solo habían sido diferentes proyectos y rumores: la construcción de una presa en la cerrada de Cibanal-Almendra alcanzando una altura de 202 metros. Ello supondría que el nivel de embalse alcanzaría la cota 730, anegando por tanto gran parte del término de Argusino e incluyendo al propio pueblo y sus construcciones. El futuro del pueblo quedó definitivamente condenado. La iglesia, una edificación del siglo XV, quedaría 40 metros bajo el agua y a unos 5,5 km de la presa.

Esta noticia suponía prácticamente el “destierro” de sus habitantes, obligados a aceptar una compensación económica a cambio de abandonar por su propia voluntad algo más que un hogar: una vida de recuerdos. 50 millones de las antiguas pesetas por todo el pueblo. Desde entonces comenzó un lento pero imparable goteo de mudanzas que menguaba, sin remedio, la población del municipio. Los argusinejos pusieron rumbo a varios puntos del plano nacional (Bilbao, Madrid, Barcelona…) e internacional (centro de Europa, Brasil y Venezuela) intentando en todo momento no mirar atrás, una misión, por otro lado, casi imposible.

Panoramica Argusino

Argusino quedó anegado bajo las aguas de la presa, que no en el olvido de sus vecinos. Los mismos que echaban un último vistazo al que durante tantos años fue su hogar. Hoy en día no queda nada de eso. Únicamente la gran masa cristalina dio descanso a Argusino en invierno de 2012, cuando la sequía provocó la baja de la cota del embalse hasta dejar al descubierto los caminos de acceso al pueblo. La fragua, las pilas del ganado, las cortinas derruidas, incluso las raíces de los viñedos aún permanecían anclados a la pizarra, con la misma fuerza que los nativos habían amarrado sus recuerdos durante más de 40 años. Con la misma fuerza con la que se acercaron hasta los restos del cementerio -del que ya sólo quedaban los vestigios de sus paredes- para colocar piedras y trazar cruces en recuerdo a los antepasados que descansan bajo el agua y a los que no podían velar.

Desde 1967 y durante estos casi cincuenta años los habitantes y sus descendientes han mantenido una celebración anual en forma de romería. El primer domingo del mes de mayo supone una fecha marcada en rojo en el calendario. Una oportunidad para volver a reunirse al calor del cariño de los que durante mucho tiempo fueron sus vecinos, sus amigos, sus compañeros de trabajo, bailes y fatigas. La Ermita que se construyó años después de la desaparición del pueblo se convirtió así en un punto de encuentro y de referencia para los argusinejos. La última edificación en pie que hace referencia al pueblo. Y es que ni siquiera la toponimia actual quiso hacer justicia. La presa de Almendra lleva el nombre del pueblo salmantino más cercano.

ruinas 2012 cementerio

Luchar contra el olvido es uno de los propósitos de la asociación “Argusino vive”, que quiere además mantener el contacto entre nativos y descendientes, así como organizar un digno homenaje con motivo del cincuenta aniversario. Así, este 2017 se plantea como la oportunidad perfecta para volver a reunir a los descendientes del pueblo con el fin de que las raíces y los recuerdos no caigan en el olvido y queden sepultados bajo el agua. Desde entonces, cientos de argusinejos permanecen en contacto gracias a las redes sociales y las nuevas tecnologías.

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Twitter: @argusinovive

Ermita de la Santa Cruz

presa de almendra